Efecto Hidra

Arte

Hablamos del efecto Guggenheim como ejemplo de lo que supuso para Bilbao la apertura del museo diseñado por Frank Gehry. Gracias al icónico edificio y a una prestigiosa marca internacional del arte toda la ciudad se transformó en los noventa de forma casi milagrosa. Pasó de unos empastados grises industriales a irradiar una luz que transmitía una aureola de modernidad y a convertirse en un nuevo foco turístico al que peregrinaban, fascinados, ciudadanos de todas las partes del mundo.

El ‘Apollo wind spinner’ de Jeff Koons, en la Fundación Deste, da la bienvenida a los navegantes que se acercan a Hidra

El ‘Apollo wind spinner’ de Jeff Koons, en la Fundación Deste, da la bienvenida a los navegantes que se acercan a Hidra

LV

A una escala muy distinta, la helénica Fundación Deste para el arte contemporáneo, con sus atrevidas propuestas de artistas de primer nivel internacional, ha ayudado a la pequeña isla de Hidra, en el mar Egeo, a singularizarse frente al sinfín de islas griegas. Fundada por el coleccionista Dakis Joannou en los ochenta, se focalizó en promover proyectos de jóvenes artistas y comisarios griegos. El primer espacio expositivo lo abrió en Atenas a finales de los noventa, dando el salto a presentar por primera vez propuestas internacionales al público griego. En el 2008, la municipalidad de Hidra cedió a la fundación un antiguo y minúsculo matadero a cinco minutos andando del puerto por un agradable camino de ronda. Con unas vistas increíbles, lo restauraron con el más escrupuloso respeto a su uso original, preservando su carácter histórico. Devino un centro de arte que cada año invita a un artista o colectivo a desarrollar un proyecto expositivo especialmente diseñado para el espacio. Enseguida se convirtió en visita obligada para los amantes del arte contemporáneo que en verano navegaban por las islas griegas. La exposición de hace dos años de Jeff Koons les dejó un maravilloso sol dorado que danza con el viento y que me confiesan que va a quedar instalado por años. 

La exposición de esta temporada del americano George Condo es exquisita. Bajo el título de Los locos y los solitarios muestra una serie de retratos pictóricos y escultóricos que capturan la distorsión y agitación psicológica de esos sujetos. Unas antiguas celdas para el sacrificio animal añaden una capa espeluznante a la exposición, amplificando la sensación de locura y aislamiento de los personajes. Hidra tiene alguna que otra galería estival y un pequeño museo sobre el patrimonio local. Con la Tombazi Mansion, auspiciada por la Escuela de Bellas Artes de Atenas, abre residencias artísticas que singularizan la isla y la dotan de una rica comunidad artística.

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