Las largas colas de coches eléctricos en los puntos de recarga que se vieron esta Semana Santa en las autopistas muestran de forma elocuente los retrasos que sufre España en el despliegue de las infraestructuras. Lo recordó este viernes el consejero delegado de Seat, Wayne Griffiths, quien aprovechó la visita del Rey a las instalaciones de la compañía en Martorell para advertir una vez más que “el futuro de la industria del automóvil está en juego en España”. El también presidente de la asociación de fabricantes de coches Anfac dijo que “necesitamos que España mejore la infraestructura de recarga y que dé incentivos a la compra del coche eléctrico”.
Las peticiones no se dirigieron solo al Gobierno de España –representado en el acto por el ministro de Industria, Jordi Hereu–, sino que el presidente del consejo de administración de Seat y miembro del consejo ejecutivo de Volkswagen, Thomas Schäfer, recordó que no solo “el apoyo continuo del Gobierno español es crucial” y reclamó a Europa que “apueste por la electromovilidad como palanca central para hacer realidad el Green Deal” (pacto verde europeo). Y alertó que “necesitamos urgentemente un marco propicio y estable para la inversión” recordando la amenaza que significa China para los fabricantes europeos.
En dos breves parlamentos, los directivos de Volkswagen y Seat insistieron en que los fabricantes están haciendo su parte con la inversión de ingentes cantidades de dinero, al tiempo que mostraron la necesidad que las administraciones acompasen ese proceso. “Nuestra apuesta por la electrificación y la descarbonización es clara y ahora necesitamos la misma apuesta del Gobierno español”, dijo Griffiths.
En esta ocasión, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, sí que estuve presente en la visita del monarca, aunque evitó saludarle en el acto protocolario. No obstante se sentaron juntos en primera línea en el momento de los discursos. La situación de ayer contrasta con la de marzo del 2021, cuando Aragonès no participó en la anterior visita de Felipe VI a la primera empresa de automoción de España. En el acto estuvo presente también el conseller de Empresa, Roger Torrent, así comos los representantes de las patronales y los sindicatos. “Estamos unidos en este momento tan apasionante y disruptivo y confiamos en ustedes. Por favor, no nos fallen, no podemos quedarnos atrás”, espetó Griffiths a los representantes de las administraciones. Y les recordó que “no hay un plan B” al del coche eléctrico.
“El futuro de la industria del automóvil está en juego en España”, alerta Griffiths
Según el primer ejecutivo de Seat, España se está “quedando atrás” en ventas de vehículos eléctricos. El porcentaje sobre el total es del 12%, frente a una media de la UE que se sitúa en el 22,3%.
La inversión prevista para la planta de ensamblaje de baterías que se levanta en las instalaciones de Seat en Matorell es de unos 300 millones y se prevé que esté operativa en el 2025. La plantilla estimada es de unos 400 trabajadores directos y otros 100 indirectos. Fuentes sindicales aseguraron que el grueso de esos empleados serán trabajadores actuales del grupo, aunque no se descarta alguna contratación puntual. En Seat y en el resto de empresas del sector, el ensamblaje de coches eléctricos precisa de menos trabajadores que en el caso de los vehículos de combustión, puesto que los motores son mucho más sencillos.
La fábrica, que estará operativa el año que viene, ensamblará las celdas que lleguen desde Sagunto
Las celdas de baterías que se ensamblarán serán las que llegarán en tren desde la nueva fábrica de Sagunto que está levantando el grupo Volkswagen.
Schäfer recordó la apuesta del grupo Volkswagen por España subrayando que se fabricarán aquí los tres modelos de vehículos eléctricos “baratos” del consorcio. El primer eléctrico en salir de Martorell será el Cupra Raval, a finales de 2025; y en 2026 la fábrica asumirá la producción del Volkswagen ID.2all. En la planta de Navarra se producirá el eléctrico económico de la enseña Skoda, el modelo Epic.