El grupo alimentario Dcoop es uno de los perjudicados por la crisis del campo. Su objetivo es unir a los agricultores y ganaderos para reducir costes, especialmente en la producción de aceite de oliva. Su presidente es Antonio Luque (Málaga, 1958). Se muestra muy crítico con la ley de la Cadena Alimentaria y pide abordar de manera urgente como país el gran problema del agua.
¿Qué es Dcoop y cuáles son sus retos?
Somos un grupo cooperativo formado por 75.000 familias que tiene como objetivo intentar que esas familias puedan vivir dignamente de su actividad agrícola y ganadera. Para eso comercializamos las producciones de nuestros socios e intentamos abaratarles los costes de producción. Nuestro objetivo es mejorar la cuenta de explotación de nuestros agricultores y ganaderos, en pocas palabras. Es verdad que como consecuencia de eso ya estamos vendiendo en muchos países del mundo. Comercializamos aceite de oliva, aceituna de mesa, frutos secos, vino, hacemos algo de cereales y productos ganaderos también.
¿Cuáles son las cifras de negocio de la compañía?
El año pasado la facturación fue de 1.420 millones. Fue un año récord.
“En España va a ser muy difícil tener una agricultura y una ganadería que sean viables sin agua”
¿Qué expectativas tienen para este año?
Es un año muy complejo porque llevamos dos años con cosechas cortas y este año también lo será. Ojalá no bajemos la facturación, pero no creo que podamos subirla. Intentaremos mantenerla. Ese va a ser nuestro objetivo.
¿Cómo definiría la situación del campo actualmente?
En el sector agrario llevamos muchos años sufriendo el no reconocimiento de la labor del agricultor, del ganadero, de la actividad agraria. Yo creo que en la ciudad no se es consciente de que nuestro objetivo es producir alimentos de una manera sostenible y a un precio asequible. Es verdad que durante la pandemia se nos valoró, pero parece que ahora se ha olvidado. Lo que sentimos los agricultores es cada vez más tramas, más burocracias, más complejidades.
Por otro lado, llevamos muchos años con cada vez más limitaciones con la excusa del medio ambiente. En otros países no tienen esas limitaciones y vemos cómo entran sus productos sin tanta exigencia. Es competencia desleal. Hemos ido perdiendo eficacia y tenemos menos agricultores que han podido mantener una rentabilidad en sus explotaciones. Cada vez se envejece más el profesional de la agricultura. No hay renovación, poca gente joven quiere entrar.
Siguen protestando en las calles y carreteras; ¿qué piden?
Nosotros deberíamos buscar la manera de que nuestras explotaciones fueran viables. ¿Cómo hacemos rentables a nuestras explotaciones? Para mí hay un tema clave en España, que es el agua. En España va a ser muy difícil tener una agricultura que sea viable sin agua. Va a ser muy difícil que sea viable de una manera estructural. Pueden venir años buenos, años malos, pero así no vamos a poder mantener la agricultura.
¿Cómo se podría mejorar la ley de la Cadena Alimentaria?
La ley de la Cadena Alimentaria es un bluf desde el primer día, no sirve para nada. Me explico. Lo más importante de la ley es que se iba a conseguir no vender por debajo de los costes de producción. Pero ¿quién se cree eso? Para ello hay que conseguir tres cosas. Primero, que el ministerio fije el precio en cada producto. Un índice. Un kilo de aceite vale producirlo tanto. Porque es que si no, es una locura. Segundo, ese precio será también exigible a cualquier producto que entre de fuera, ¿no? Porque si no, estamos haciendo un negocio magnífico para cualquier vecino que pueda producir un poquito más barato y entregar el producto aquí. Y tercero, si yo, agricultor, no consigo ese precio y me pagan menos que mis costes de producción, o no hay nadie que me lo compre, el ministerio tendrá que poner dinero para los productos perecederos.
La ley de la Cadena Alimentaria, tal y como está, a quien más perjudica es a quien más necesidades tiene, a quien es menos eficiente. Esto pasa con los tomates o con la leche de cabra, que hemos conseguido que esté a un euro por litro. De Holanda está saliendo a 60 céntimos y en Francia está en el entorno de 80 céntimos. ¿Qué pasa? Está viniendo ya leche de Holanda. Bueno, pues si el coste de producción aquí lo fijara el ministerio a 80 céntimos y llega la leche a 70 céntimos, ¿qué pasaría? ¿Qué hacemos? Que me diga alguien cómo solucionamos este problema.
“Pagaremos precios muy altos por el aceite de oliva hasta final de año seguro, y si llueve en el 2025 bajarán”
¿Cómo está el aceite de oliva?
Tenemos una situación muy complicada. Ha habido unos precios extremadamente altos, nunca vistos, consecuencia de dos cosechas seguidas muy bajas y que nos llevan a una situación de escasez. Eso explica la subida de precios.
¿Qué precios tendremos a medio plazo?
Creo que los precios se tienen que normalizar. Ojalá lloviera y tuviéramos una pluviometría buena en primavera. Este año vamos justitos de agua. Ojalá tengamos una cosecha buena. Pero creo que el mercado va a estar desde aquí a final de campaña, que es octubre o noviembre, en niveles de precios muy altos. Lo cierto es que la gente sigue comprando aceite de oliva. Compra menos, pero sigue comprando.
¿Seguiremos pagando precios altos?
Yo creo que hasta final de año seguro. Y si llueve el año que viene pagaremos precios más bajos. Eso está claro.
¿Hay competencia desleal con el aceite de oliva?
Sí.
¿De quién?
Hay competencias desleales. Hay gente que hace cosas que no debería hacer en el aceite de oliva, el ministerio lo sabe y le está poniendo remedio. El aceite de oliva vale 8 o 9 euros. Si un litro de aceite de orujo vale 2,5 euros y un litro de aceite de girasol vale 1 euro, es muy tentador mezclarlo.
¿Comprar Deoleo? “Si al lado de mi finca veo otra con agua, intento comprarla; quiero que se quede en España”
¿Dcoop está interesada en comprar Deoleo?
Los agricultores que tenemos al lado de nuestra finca un terreno que tiene agua intentamos comprarlo. Aunque tiene que tener su justo precio y que podamos comprarla. A mí me gustaría que Deoleo no saliera de España, la propiedad. Y me encantaría que fuera propiedad de grupos de productores españoles, fundamentalmente las marcas más españolas. Carbonell me gustaría que estuviera en manos nacionales. Es una ilusión personal. Me imagino que el fondo CVC está pensando opciones.
¿Qué significa para Dcoop el mercado catalán?
Es muy importante. En aceite de oliva son de los consumidores más importantes. Nosotros tuvimos dos experiencias empresariales. Ahora no, pero no lo descarto si surge alguna opción.
¿Cómo puede el campo aprender a convivir con los episodios de sequía, que son cada vez más intensos y frecuentes?
En la península Ibérica habría que plantearse el problema como un todo. Y hablar de capacidad de almacenamiento, pantanos, trasvases, intercomunicación de cuencas, agua depurada, desaladoras, agua subterránea, recargar los acuíferos en momentos puntuales… Tenemos ejemplos, como Israel. En Portugal se construyó el pantano del Alqueva y consiguió que el Alentejo, que iba a ser un desierto, se convierta en la zona más productiva del país vecino. Comprendo que es muy difícil, por las siglas políticas, pero en este tema deberíamos intentar olvidarlas. Lo que pasa en Catalunya o Andalucía hay que solucionarlo, no podemos estar pendientes de que llueva.