El dulce verano de Paula Badosa llegó este martes a su fin. Se quedó Paula Badosa en cuartos de final. Emma Navarro, a quien su familia apodaba ice girl por la frialdad de sus nervios, siempre imperturbable ante cualquier situación, frenó el gran verano de la catalana y se metió en sus primeras semifinales del Grand Slam de su ciudad natal. La estadounidense venció por 6-2 y 7-5 en una hora y 12 minutos.
“Ha sido un desastre total”, sentenciaba la catalana. “Nunca me sentí yo misma. No serví bien, no jugué bien desde el fondo de la pista, que es lo mío. No he sabido gestionar bien la situación ni las emociones”.
El partido podía ser para cualquiera de las dos, pero fue Navarro quien empezó marcando las diferencias y aprovechándose de los errores de su rival.
“Salté a la pista y me sentí rara”, explicaba Badosa. “Creo que no era tanto la pista como la ronda, verme tan cerca pero a la vez tan lejos, pero con buen nivel. Mi cabeza estaba en todos lados menos en el presente”.
Sirviendo con el sol de frente, Badosa entregaba su primer servicio con dos dobles faltas. Para el cuarto juego ya llevaba nueve errores no forzados. La de Begur le pedía a su palco más: más gestos de ánimo, más consejo, más aplausos.
Salté a la pista y me sentí rara. Mi cabeza estaba en todos lados menos en el presente”
Con el apoyo de su equipo, Paula subió de nivel y en el sexto juego vio sus primeras ocasiones de break. Pero ahí, la americana no bajó la guardia y siguió apretando. Badosa seguía sin encontrar su juego, sin funcionarle una de sus grandes armas, el revés, y cometiendo muchos errores no forzados con derechas a la red. Gracias a otras dos dobles faltas (iban ya cinco) y un winner, Navarro se ponía 0-40. Defendía bien la catalana y remontaba dos de los puntos de set, pero al tercero su dejada se iba fuera. Emma se llevaba el primer parcial.
Parecía que iba a cambiar de cariz el encuentro en el segundo set. Badosa se ponía las pilas y con sus potentes golpes de fondo abrumaba a su joven contrincante. Pero con 5-1 a su favor, se le desbarataban de nuevo las cosas a la catalana, que perdía ritmo en cada uno de sus golpes. “No estaba rápida de piernas, y mi tenis pierde intensidad. Estaba muy incómoda, con muchas fases negativas en mi cabeza. Y con tanto ruido, tampoco puedo escuchar bien a mi equipo. El ruido, el externo y el interno mío, me ha hecho muy pequeña, y lo primero que quería hacer es irme de la pista”.
Se lo puso en bandeja Badosa a la favorita del público que, sin perder nunca los nervios, se anotaba los seis juegos siguientes y conseguía el pase a sus primeras semifinales. “Es la primera vez en mi carrera que pierdo un set estando 5-1 arriba. Todavía tengo que analizar qué ha pasado”.