Nadal supera el ‘huracán Kyrgios’ y se instala en los cuartos de final de Australia
Tenis
El mallorquín venció al australiano (6-3, 3-6, 7-6, 7-6) y ahora se medirá a Thiem
Se disputaba el noveno juego del tercer set cuando María Francisca Perelló, esposa de Rafael Nadal y también conocida como Xisca, resumió todo en apenas una palabra: “¡Joder!”.
Xisca seguía desde la grada el duelo entre su marido y el australiano Nick Kyrgios, y la locura de tenis electrizante con puntos de otro planeta, la visible antipatía de esos dos hombres que corrían por un cemento de brillante azul solo podía sintetizarse con ese término quizás poco elegante, pero preciso. Que venía más a o menos a significar lo siguiente: qué partido, qué tensión, qué espectáculo.
Que Nadal derrotara 6-3, 3-6, 7-6 (6) y 7-6 (4) en 3 horas y 38 minutos al australiano es importante, porque lo instala en los cuartos de final del Open de Australia, pero la manera en que llegó a esa victoria es tanto o más importante aún. Nadal sigue en ascenso, una mejora de nivel que llega justo a tiempo, porque el miércoles en cuartos de final lo espera el austríaco Dominic Thiem, número cinco del mundo y vencedor ante el francés Gael Monfils 6-2, 6-4 y 6-4.
Otro espectacular duelo
Nadal y Thiem se medirán en cuartos el miércoles
”Fue un partido muy duro, y al principio estaba en control, pero con Nick nunca estás en control... ¡Qué puedo decir de Nick! Cuando juega como hoy, con esta actitud positiva, le da muchas cosas positivas a nuestro deporte, así que lo aliento a seguir jugando así, porque es uno de los mayores talentos que tenemos en nuestro circuito”, diría Nadal tras la victoria.
Tras el reconocimiento a Margaret Court por los 50 años de su Grand Slam, el público se puso en “modo Rafa-Nick”. El primer set perteneció a otro partido: Nadal dominó con claridad ante un Kyrgios aún de piernas y mente pesada, como si siguiera en la desgastante victoria de cuatro horas y media de la noche del sábado. Todo comenzó a cambiar en la segunda manga. El australiano se despertó, el balear fallo en momentos clave y de un momento para el otro el duelo estaba igualado en sets. Era el primero que cedía Nadal en el torneo.
”¡Recuerda Acapulco!”, gritaba, insistente, un espectador que buscaba desestabilizar a Nadal: se refería a la final del Abierto Mexicano 2019, en la que Kyrgios se llevó el título con un 8-6 en el tie-break del tercer set en una noche volcánica que el español resumiría describiendo a su rival como un joven al que “le fata un poco de educación”.
Nadal ya sabía bien con qué se encontraría hoy, e intentó no entrar en disputas que lo sacaran del eje. Lo logró. Y todo partido tiene su punto de inflexión, en este caso el tramo final del tercer set. Fue entonces que Xisca dejó escapar el “¡joder!”, captado por una cámara que no permite intimidad para casi ningún detalle. Ahí abajo, sobre ese cemento azul cobalto, había un duelo que excedía lo tenístico y llegaba a lo personal. Kyrgios es profundamente desconcertante para Nadal, que debe exigirse al máximo para leer un tenis que alterna tiros fabulosos con otros que lindan con lo irrespetuoso.
Vestido de forma extravagante –Nike lo dotó de un polo naranja gastado sobre una camiseta negra, un pantalón corto que es a todas luces un traje de baño floreado, calcetines negros y zapatillas naranjas–, Kyrgios bien podía estar yendo a la playa o subido a un skate, pero la realidad es que estaba en uno de los escenarios más importantes del tenis mundial. Personaje fascinante, se puede sentir rechazo por ciertas actitudes, pero es imposible no sentir empatía con un hombre que sufre, se equivoca y grita ambas cosas cada vez que juega. Un hombre que no deja indiferente a nadie.
Así, en una noche fresca de viento variable que complicaba el juego, se llegó al tie-break en ese tercer set. La locura del momento se resume en dos puntos: Kyrgios pudo situarse 6-5 y set point, pero hizo una doble falta. Nadal, con set point, podía ganar el set, y respondió a la oportunidad con otra doble falta.
Sin embargo, dos puntos más tarde el mallorquín se llevaba el tie break por 8-6. No podrá lanzar los escopetazos planos de derecha que lanza Kyrgios, pero tiene un tenis mucho más sólido, con mucho más ancho de banda que el del australiano.
“¡No quiero escucharte, no quiero escucharte”, gritaba Kyrgios en su silla mientras se clavaba repetidas veces el índice en la cabeza ¿Qué le estaría diciendo esa voz? Visto lo visto tenía razón, no debía escucharla.
Y habrá logrado ponerla en silencio, porque cuando Nadal servía 5-4 para llevarse el set y el partido, Kyrgios reaccionó mandando con la derecha para quebrar e igualar en cinco. Y cuando Nadal lo tuvo 30-40 para adelantarse 6-5, el australiano reaccionó veloz, nuevamente motivado, y el que tomó ventaja fue él.
Llegó una vez más el tie-break, y ahí Nadal volvió a mostrar más regularidad. Un revés de Kyrgios estrellado en la red cerró el partido para que el español saltara y gritara su felicidad.
John McEnroe abrió la entrevista post partido preguntándole por Kobe Bryant, muerto en un accidente de helicóptero: “Me desperté esta mañana con esta noticia terrible. Estoy muy triste, fue uno de los grandes deportistas de la historia, merece una ronda de fuertes aplausos. Lo he conocido, mi amigo Pau Gasol me dijo que tenía un espíritu de trabajador duro, que siempre quería más, que fue una inspiración para muchos. Es uno de esos días que quieres olvidar, pero Kobe Bryant estará en muestros corazones por siempre”.
Tras al gesto serio volvió al tenis y bañó en elogios a los australianos –“ustedes entienden de deporte y de respeto”– para que llegara la ovación. Kyrgios, a esa altura, ya estaba en el vestuario.