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Open de Australia: Nadal sufre más de la cuenta para superar a Delbonis

Tenis

El tenista balear avanza a tercera ronda (6-3, 7-6(4), 6-1) y le espera su compatriota Carreño

Nadal saluda al público de la Rod Laver Arena una vez finalizado su partido de segunda ronda

HANNAH MCKAY / Reuters

Sufrió más de la cuenta y jugó, en especial en la primera parte, menos de lo esperado, pero Rafael Nadal no falló este jueves en lo esencial: derrotó al argentino Federico Delbonis 6-3, 7-6(4) y 6-1 para avanzar a la tercera ronda del Open de Australia, donde el sábado probará a su compatriota Pablo Carreño Busta.

En una noche fresca, húmeda y ventosa, muy propia del desconcertante verano que viene viviendo Melbourne, algo quedó claro pronto: Nadal no habrá perdido nunca con Delbonis, pero el juego del argentino lo incomoda. Al menos esta noche, en la que necesitó un set de 70 minutos, el segundo, para encontrarle la llave al partido.

Fue mi primer partido de noche aquí, las condiciones eran algo más lentas”

“Fue mi primer partido de noche aquí, las condiciones eran algo más lentas”, señaló Nadal, que viene quejándose de que las pelotas del torneo se tornan pesadas y “peludas” tras unos pocos golpes. Feliz por la victoria, el mallorquín terminó la noche declarándose un “privilegiado” por ser parte de una gran época del tenis junto a Roger Federer y Novak Djokovic.

Antes de esas sonrisas hubo, sin embargo, dientes apretados. Delbonis es un jugador extraño: bajísimo perfil, pero parte de la historia grande del tenis argentino al haber sido el que selló el punto de la victoria en el título de la Copa Davis en 2016. Es también dueño de un servicio por lo menos llamativo -lanza la pelota a enorme altura y frena por completo el movimiento de su brazo izquierdo-, que llevó a los comentaristas de la televisión australiana a la broma: “Cuando la pelota que Delbonis lanza para sacar vuelve, llega cubierta de hielo”.

Nadal se disculpa con la recogepelotas

KAI PFAFFENBACH / Reuters

Luchador, el argentino puso en problemas a Nadal, que durante la primera hora y media de juego no encontró sus golpes ni la precisión que esperaba. Así, el dueño de 19 títulos de Grand Slam celebraba con puños apretados y gritos de victoria grande los puntos clave que iba enhebrando frente al 76 del mundo. Como si no fuera el número uno, como si no hubiera cedido apenas diez juegos en los tres partidos previos con el argentino.

Pero Nadal es el número uno, claro que sí. Es, además, el hombre que lucha por la cima de la historia con Federer y es, sobre todo, el tenista que a los 33 años juega con la pasión y la sangre del que a los 16 comenzó a sorprender al mundo. Así, el espectáculo siempre está garantizado en un Rod Laver Arena que adora al mallorquín y hoy encontró una renovada razón para rendirse ante él.

El tenis de Delbonis incomodó al número uno

Quinto juego del set final, Delbonis en el servicio y un tiro de Nadal impacta en una recogepelotas. El dueño de 12 Roland Garros corre hacia ella, le pregunta si está bien, la abraza y le estampa un beso en la mejilla. El estadio se viene abajo, ya no se necesitaba más en la noche. Y así fue: cinco minutos después, no sin ofrecer antes un par de puntos de lujo, Nadal selló la victoria con dos derechas tremendas, una cruzada y la otra paralela.

Australia, ese torneo que lo hizo soñar y sufrir más que ningun otro Grand Slam, mentiene viva la ilusión del vigésimo grande y el empate con Federer.