Federer no ha ganado a Nadal en tierra en los últimos diez años
Una rivalidad histórica
El mallorquín ha ganado 13 partidos al suizo en esta superficie, en la que ha caído derrotado dos veces
La rivalidad entre Roger Federer y Rafael Nadal está sin duda a la altura de las más importantes de la historia. Los dos han coincidido en la misma época para ejercer un dominio insultante sobre su deporte. Y superada la treintena, ambos siguen demostrando la misma ambición del primer día. El suizo es el jugador con más Grand Slams (19), el español es el mejor jugador de la historia en tierra. Este viernes se verán las caras por decimoctava vez.
Será en Roland Garros, donde Nadal ha tiene poder de veto para cualquier rival. Allí nadie le tose desde hace años. Ni siquiera Federer, que jamás le ha ganado un partido en París. Pero el dominio del mallorquín tiene que ver con la superficie de arcilla, donde se maneja como los ángeles.
Roger Federer ha sufrido una verdadera tortura contra Rafa Nadal en Roland Garros. Se han enfrentado allí en cinco ocasiones, en cuatro finales (2006, 2007, 2008 y 2011) y una semifinal (2005), y siempre ha salido vencedor el español, cuatro veces en cuatro sets y una en tres. El suizo se agarra a que ha derrotado a Rafa en los seis últimos enfrentamientos entre ellos, aunque todos ellos fueron en pista dura.
La última victoria de Federer sobre Nadal en tierra data de hace diez años, en la final de Madrid. La primera, en la de Roma 2006, fue la otra ocasión. No hay más precedentes de victoria del suizo sobre Nadal en arcilla, y nunca a cinco sets. En el total de duelos sobre la superficie lenta, la ventaja del español es 13-2. En el total de enfrentamientos en todas las superficies, es 23-15 favorable a Rafa Nadal.
Las derrotas del Federer llegaron a afectarle psicológicamente. En concreto, la de 2008, que Nadal cerró con un rosco (6-1, 6-3 y 6-0) para, un mes más tarde, vencer también en la final de Wimbledon y asaltar el número uno del mundo poco después. Más maduros ambos, este partido será un homenaje a una rivalidad que podría terminar en cualquier momento.