El Real Madrid está en los cuartos de final después de un partido en el que otra vez pasó de todo en el Bernabéu. El Madrid empezó mal, se adelantó con polémica, perdonó la goleada y al final se dejó empatar cuando tenía la eliminatoria ganada, lo que llevó el partido a la prórroga. En el tiempo extra sentenció con dos goles de Endrick y uno de Valverde. La noche retrató el estado anímico del Madrid, ahora mismo nervioso, inseguro y sin reponerse del palo que le supuso la goleada del clásico.
La polémica llegó en la inmediata jugada antes del gol de Mbappé porque hubo un derribo con las dos manos de Lunin a Swedberg en el área que no fue pitado por Martínez Munera ni advertido por el VAR. La jugada siguió a toda velocidad y el francés la acabó con una serie de bicicletas y un remate eléctrico que supuso el 1-0. Las airadas protestas de los jugadores del Celta no sirvieron para nada.
Los silbidos
El público la tomó con Tchouaméni
Más allá de la clasificación, la noche deparó pocas alegrías para los blancos. La noche fue fría en todo pese a estar cubierto el estadio. Tchouaméni volvió al centro del campo y, al principio, cada vez que tocó el balón, recibió una sonora pitada del público, que ya está harto de él, juegue donde juegue. Bellingham y Valverde descansaron porque vinieron tocados de Yida y el equipo fue movido por Modric.
La primera parte fue bastante anodina. El Madrid la dominó casi a placer ante un Celta muy encerrado pero apenas sí creo ocasiones de gol. El equipo de Giráldez llegó solo dos veces pero las dos con peligro: la jugada del penalti no pitado y un cabezazo de Starfelt que pegó en el travesaño por arriba.
En el Madrid se apreció la pájara general. Sin Bellingham el equipo es otro, y bastante peor. En la primera parte Vinícius no estuvo para casi nada y no se fue de nadie. La ocasión más clara de los blancos fue un remate de Brahim que Iván Villar sacó con el pie. El resto fueron remates lejanos con poco peligro. En general el juego fue lento.
La segunda parte
Vinícius marcó muy pronto
La segunda parte no pudo empezar mejor para el Madrid que marcó en el 47. Mbappé filtró para Brahim, al límite del fuera de juego, y este asistió a Vinícius que definió a la perfección. El VAR validó la posición del malagueño.
A raiz del nuevo gol el Madrid enhebró sus mejores minutos. Por primera vez los blancos movían el balón con profundidad y sentido. Claudio Giráldez movió el banquillo para insuflar aire a los suyos con un doble cambio: Sotelo y Pablo Durán por Swedberg y Fran Beltrán.
De entrada pareció servir de poco porque el Madrid encadenó dos ocasiones clarísimas, la primera un cabezazo de Mbappé que se fue alto y sobre todo un mano a mano de Vinícius en el que superó al portero con una vaselina pero el balón iba lento y le dio tiempo a Starfelt a sacarlo bajo palos.
La reaccción del Celta
Marcos Alonso empató de penalti
Entraron Güler y Camavinga por Ceballos y Brahim y Lunin le hizo un paradón a Hugo Sotelo. Por entonces la grada ya se entretenía aplaudiendo a Marcelo, al que se le veía saludando desde los vídeomarcadores.
Una gran jugada entre Mbappé y Vinícius terminó en gol de Güler, pero fue anulado por el VAR por fuera de juego de Mbappé. El Celta encontró su gol en el 83 por obra de Bamba tras una mala salida de balón de Camavinga, que regaló el balón.
Quedaban cinco minutos y empezaron los silbidos. En el 90 hubo penalti para el Celta por derribo de Asencio a Bamba. Empató Marcos Alonso con el Bernabéu incendiado.
La prórroga
Doblete de Endrick
Salió entonces Bellingham por Fran García. El Madrid dominó en la primera parte de la prórroga, pero con los equipos cansados no había ocasiones. Rodrygo entró por Vinícius. Nada más comenzar la segunda parte marcó Endrick de zurdazo, luego Valverde de un trallazo de los suyos y otra vez Endrick, de tacón. El Madrid ponía distancia, ya definitiva. Pasaba a cuartos tras llevarse un gran susto.