Sólido y solidario

Real Madrid

El Real Madrid se lleva el clásico con más oficio que brillantez y sin sufrir demasiado

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Alaba disputa un balón a Sergi Roberto 

SERGIO PÉREZ / EFE

Sólido atrás y eficaz delante, con poca posesión del balón, pero muy organizado tácticamente, el Madrid superó al Barcelona con algo de apuros en los últimos minutos hasta el penalti de Rodrygo en un partido que pudo haber sentenciado antes. En bastantes fases del juego el Madrid dio la sensación de jugar con el freno de mano echado, quizás convencido de su superioridad. Kroos fue el hombre del partido. El futbolista más clarividente.

Ancelotti se limitó a cumplir con lo que había prometido. No inventó. No tuvo ninguna ocurrencia como las de la temporada pasada. Sacó a los once que todo el mundo preveía y los dispuso de acuerdo a los cánones. Sus once guerreros le ganaron el partido de una manera un tanto rutinaria porque el equipo se ha instalado en esa dinámica ganadora y nadie le pide mucho más. El estilo es ganar. Y punto.

El mejor del Madrid

Kroos organizó el juego de su equipo

El Madrid no necesita 90 buenos minutos de fútbol. Le basta con su fútbol coral y solidario y las apariciones esporádicas de sus valores seguros. Kroos organizó el centro del campo y sobre él el Madrid elaboró su fútbol. Lo demás es pico y pala. Mucha brega física que es lo que parece demandar el fútbol moderno en el ideario de Ancelotti.

Muy superior en las bandas, donde Vinícius dejaba tirado a Sergio Roberto y otro tanto Valverde con Balde, los blancos no aprovecharon demasiado los carriles, pero sí golpearon por esa vía en momentos puntuales y decisivos, antes del cuarto de hora y poco antes del descanso.

El gol de Benzema

Quinto gol del francés en la temporada

Benzema, que hoy recibirá presumiblemente el Balón de Oro, volvió a marcar. Al francés se le vio con muchas más chispa que ante el Getafe o el Shakhtar. No fue el mejor Benzema posible, pero sí muy cercano al de siempre. Más preocupado de su juego asociativo dentro del área que en buscar el gol a toda costa. Sin buscarlo demasiado se encontró con dos goles: el primero se lo regaló Vinícius con su galopada que acabó en un rechace de Ter Stegen que le fue a los pies del francés; el segundo, al poco de comenzar el segundo tiempo, fue anulado por el árbitro a instancias del juez de línea, decisión corroborada por el VAR.

También se examinaba Tchouaméni, que jugaba su primer clásico. El centrocampista no desentonó, dedicado en exclusiva a hormigonar un centro del campo en el que Valverde fue una continua ayuda. Apenas cruzó la medular y por tanto no pudo probar su gran golpeo de balón.

Si en algo destacó el Madrid fue en su fortaleza defensiva. Militão y Alaba concedieron muy poco arriba, un remate de Lewandowski en el primer tiempo que no fue gol de milagro y el tanto azulgrana ya en el minuto 83.

Los cambios

Ancelotti tardó en las sutituciones

Muy poquito sufrió el Madrid entonces aunque a Ancelotti le entraron las prisas con los cambios y retiró a todo correr a Modric, Benzema y a Vinícius. Esa es quizás una de las pocas facetas que se le discute a Ancelotti en el club, la tardanza en hacer los relevos. Ayudado por la desesperación del Barcelona, que por primera vez veía posible el empate, el Madrid encontró muy al final la contra que necesitaba para sentenciar en un penalti de Eric García que pitó Sánchez Martínez tras ir a consultar el monitor del VAR.

Sin Benzema ni Vinícus en el terreno de juego fue Rodrygo el encargado de ejecutar la pena máxima, una decisión un tanto extraña porque al brasileño nunca le dejan tirar ni las faltas. Mucho va creciendo el estatus de Rodrygo en este equipo. De futbolistas como Hazard ya no se sabe nada, como si ya no formara parte de este colectivo.

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