Machín quiere espantar el miedo del entorno del Espanyol
Europa League
Los blanquiazules vuelven a la Europa League penúltimos en Liga pero convencidos de salir adelante
Europa League como cura a la depresión del Espanyol
“Muy terapéuticas y didácticas las ruedas de prensa de Pablo Machín”, escribe Joan Camí en su Twitter. Un acierto absoluto. El técnico no esconde la realidad. El Espanyol va penúltimo en la Liga y una victoria este jueves contra el Ludogorets dejaría encarrilada la clasificación para dieciseisavos de Europa League. Esta es la situación del equipo, ni más ni menos, y tanto el técnico como la plantilla “son conscientes de ello”.
Ganar al Ludogorets, según Machín, les “permitiría asumir algún error en competición europea”, lo que aligeraría el “estrés mental” que desde verano llevan los jugadores del Espanyol. También significaría volver a ganar en el RCDE Stadium, que desde el partido contra la Real Sociedad en mayo que significó la clasificación para las previas europeas no vive una victoria en temporada regular. A todo esto Machín le suma la oportunidad de “corroborar las buenas sensaciones”.
Machín, que dará la convocatoria el mismo jueves, promete rotaciones
El técnico blanquiazul tiene clarísimo que en su equipo no se concibe la Europa League como un estorbo. “Tenemos que ser conscientes de que somos unos privilegiados por competir donde muchos matarían por estar”, dijo. De ahí que asegure que no “molesta”, aunque “sí condiciona”, porque “no tienes tanto tiempo para preparar los partidos”, aunque es algo que deben “asumir”.
Con esto asumido, Machín reconoce que hará cambios de cara al partido de este jueves. Eso sí, no se lo toma como “un cásting”. Además recordó que como su equipo “fue capaz de ganar” en Bulgaria eso le hace “estar tranquilos” de cara a si hace “muchos cambios”. Del único jugador en concreto sobre quien habló fue Facundo Ferreyra, de quien dijo que, pese a las molestias con las que acabó el partido contra el Valencia, “ha entrenado perfectamente” aunque es “un futbolista que tampoco ha estado muy acostumbrado a exigencias físicas”. El entrenador anunciará la convocatoria el mismo jueves después de una sesión de entrenamiento “liviana”.
Unas exigencias físicas que también exige al resto de sus jugadores. “Tiene que haber un cambio en lo físico”, comentó sobre lo que están trabajando para “ayudar a ganar”. Eso, junto a lo “mental”, aunque recordó que “sólo” con eso no “se meten goles”. En la previa frente al Valencia dijo que sus jugadores están a muerte con él y tras la victoria no los “siente”, sino que les ve “todavía más a muerte” porque “cuando hablan lo dicen de verdad; les miro a los ojos y sé que lo dicen de verdad”. Todo esto pese a la “frustración” que sintieron al acabar el partido. Lo que pasa es que tienen “todos claro que nos va a costar muchísimo sumar”.
Sé que tenemos posibilidades de salir porque si no no habría venido”
“Lo importante”, para Machín, “es saber dónde estamos y darnos cuenta de que hemos sido capaces de competir y pelear contra cualquier equipo”, pero “que también cuando bajamos un poco cualquier equipo nos pasa por encima”. “Sé lo que cuesta salir de las malas dinámicas pero sé que tenemos posibilidades de salir porque si no no habría venido aquí. Me considero tan honrado como valiente y me gustan los retos”, añadió.
Sin embargo, Machín no es ajeno al entorno. Sabe que a la perfección que tanto desde la afición como desde la prensa se transmite cierta sensación de miedo por la situación del equipo en la Liga. “Tener miedo es humano, pero con miedo no se va a rendir mejor. Sabemos que tenemos la dificultad de una situación que no calificaría como alarmante”, explicó, pero que su trabajo es “reunir todos los condicionantes para rendir a la larga”. “El entorno puede tener miedo entiendo porque el fútbol es muy inmediato pero las cosas no se cambian de la noche a la mañana y hay que trabajar para hacerles ver que es real”, repitió.
Por eso sobre la afición, pese a que admitió ser “el menos indicado para pedir nada a la afición”, dijo que “son inteligentes y saben que estamos en el mismo barco” y que “son importantes para los momentos de debilidad, de moral frágil”.