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El Espanyol se siente cómodo lejos del RCDE Stadium

Invictos

David Gallego todavía no sabe lo que es perder a domicilio en partido oficial como entrenador blanquiazul

Víctor Sánchez y Esteban Granero celebran el gol de la victoria contra el Eibar en Ipurúa.

Juan Herrero / EFE

Ganar a domicilio en Primera División nunca ha sido fácil y en las últimas temporadas el Espanyol no ha destacado precisamente por ser un gran visitante. Con David Gallego como entrenador, si la dinámica continuara como hasta ahora en partidos oficiales, el panorama podría cambiar.

Esta temporada el Espanyol todavía no conoce la derrota fuera de casa. De cinco partidos oficiales jugados fuera ha ganado tres y empatado dos. Las dos primeras victorias, aunque contra rivales muy inferiores (1-3 contra el Stjarnan islandés y 0-3 contra el Lucerna suizo) fueron clave para la clasificación del Espanyol a la fase de grupos de Europa League, que se consumó con un empate a dos en Ucrania contra el Zoryá Lugansk.

En su primera etapa dirigiendo al primer equipo Gallego ganó sus tres desplazamientos

En los dos partidos lejos de Cornellà disputados hasta ahora en Liga, los de David Gallego han sacado puntos de estadios tan difíciles como Mendizorroza e Ipurúa. 0-0 contra el Alavés y 1-2 con remontada incluida contra el Eibar. Hasta el momento –la victoria del domingo no cura nada– se ha cuestionado mucho el juego practicado por los blanquiazules, que no parecen dar con la tecla definitiva después de una pretemporada atípica.

Pero si de algo puede presumir Gallego es que aún no ha saboreado la derrota a domicilio como entrenador del primer equipo, porque sus tres visitas en la temporada 17-18 cuando sustituyó a Quique Sánchez Flores se cuentan por victorias. Una en Montilivi, desvirgó al Wanda Metropolitano y la última en el nuevo San Mamés. Esa temporada Sánchez Flores sólo había conseguido ganar un partido fuera de casa y fue en Copa del Rey, aunque en Liga logró puntuar en ocho encuentros.

Los puntos fuera de casa fueron claves en la racha final de Rubi camino a Europa

Los números de su antecesor Rubi más allá del RCDE Stadium no eran mucho mejores que los de la campaña anterior de Sánchez Flores hasta el arreón final que llevó a conseguir el séptimo puesto y la inesperada clasificación para disputar las previas de Europa League. Hasta la jornada treinta el Espanyol sólo había ganado un partido como visitante y empatado ocho (uno de ellos en Copa del Rey en el único estadio del que salió invicto en dos ocasiones, el de La Cerámica). De la jornada 31 a la 38 ganó en Montilivi y Butarque y puntuó en el Ciutat de València y el Benito Villamarín.

Del último partido una de las conclusiones que se puede sacar es que, como ya avisó Gallego en pretemporada, la idea es “defender como un equipo pequeño y atacar como uno grande”. En Ipurúa consiguieron mal que bien lo primero, aunque el Eibar tampoco exigió demasiado, pero faltó lo segundo, que se suplió en el tramo final del partido con el acierto en los tres cambios.

La victoria del domingo da un respire pero el juego y las sensaciones todavía no convencen

El jueves tienen la oportunidad de convertir la victoria contra el Eibar en una dinámica positiva con la visita del Ferencvaros al RCDE Stadium en el estreno de la Europa League y dar una alegría a la afición después de dos derrotas ligueras consecutivas en casa. También de mejorar las sensaciones en cuanto al juego, que es lo que más preocupa en el entorno blanquiazul.