Vicente Moreno está ante la peor racha como técnico de su Espanyol
Los pies, en la tierra
Instalado en una irregularidad extrema, el equipo ha encontrado en el novedoso calendario asimétrico a un enemigo inesperado en este comienzo de año
Vicente Moreno está ante la peor racha como técnico de su Espanyol. Desde que comenzó el 2022 acumula nueve partidos sin ganar, siete en la Liga, demasiados para cualquier equipo, también para un club recién ascendido que después de una primera vuelta consistente esperaba un salto hacia delante, al menos vivir una temporada tranquila. Eso parece que no será así porque la realidad del Espanyol, por plantilla y dinámica deportiva, de momento no es la de poder mirar hacia arriba de la tabla, sino más bien la de hacerlo de reojo hacia abajo sin grandes temores.
Instalado en una irregularidad extrema, el equipo ha encontrado en el novedoso calendario asimétrico a un enemigo inesperado en este comienzo de año. El catalogado Tourmalet, compuesto por equipos de Champions y Europa League como Betis, Barça, Athletic, Sevilla y Villarreal, ha terminado por laminar la confianza del equipo y el técnico. El desgaste ha sido muy importante. En cuanto a números, ha sumado dos puntos, sólo uno menos que en la primera vuelta contra los mismos rivales, sin que entonces la depresión fuese de tal calibre.
Unas expectativas demasiado elevadas han generado frustración y dramatismo en la derrota
La insultante derrota frente al Villarreal es poco explicable. Empatar contra Sevilla y Barcelona hizo que jugadores y afición se trasladasen a una realidad que no es la suya, y el batacazo recibido puede haber roto la comunión creada en los últimos partidos. El recuento de daños real se conocerá frente al Getafe, pero hubo errores individuales inadmisibles . El ejemplo más notorio fue como Yeremy Pino le ganó un salto en el área al Lele Cabrera.
La quietud de Vicente Moreno lejos de Cornellà también es objeto de crítica. Si algo no funciona, repetirlo es de necios. Y el Espanyol ha vivido en el día de la marmota fuera de casa. Sólo un triunfo en todo el año, en Valencia, y auspiciado por un juvenil, Jofre Carreras, del que nada se ha vuelto a saber. Una gran primera parte ante el Cádiz, que no alcanzó para el triunfo. Lo demás ha sido muy insuficiente lejos de Cornellà. Ni rastro de la tan defendida por Moreno adaptabilidad del equipo. Cada gol encajado se ha vivido con un dramatismo extremo por parte de los jugadores.
El Espanyol ha vivido en la indefinición futbolística. Han faltado variaciones de sistema y planteamientos que protegiesen a sus hombres. Tras la derrota en Mallorca se renunció a los dos delanteros, asumiendo que ni Dimata ni Loren son válidos. Es muy preocupante la aportación de esa segunda unidad, donde el más señalado es Embarba.
En el regreso a Primera, las expectativas demasiado elevadas sólo han generado al Espanyol mayor frustración y dramatismo tras la derrota. Se ha intentado construir la casa por el tejado y la ambición se ha confundido con el éxito inmediato, algo muy difícil de conseguir. Además, un equipo tan inestable necesita que la afición no pierda la fe para sumar en casa. La última vez que sucedió se fue a Segunda. La situación, por mucho alarmismo que exista, no es ni de lejos parecida y ahora el calendario (Getafe, Levante y Mallorca) debería ayudar. Una victoria este sábado podría recoser la confianza. Otra derrota sí podría ser determinante para la figura de Vicente Moreno. En un sálvese quien pueda con Rufete será el rival más débil.