Impresionante jornada inaugural la que se ha vivido este viernes en Le Golf National. En las afueras de París, el torneo más prestigioso del mundo del golf ha vivido las dos caras del deporte, con un público absolutamente entregado al equipo europeo. Una jornada doble, que comenzó con claro dominio de Estados Unidos en los fourballs y acabó con un soberano golpe en la mesa del Viejo Continente en los foursomes. Aún quedan dos largos días de competición, pero ya se sabe que el honor no es algo que a nadie le guste perder.
El equipo europeo domina el marcador por 5-3 después de un histórico 4-0 en la jornada vespertina de foursomes, el primero en la historia de Europa después de 91 años de competición. Contra las cuerdas tras un nefasto comienzo, Thomas Bjorn alineó a parejas mucho más potentes para intentar no dejar escapar el título ya en el primer día y el acierto de sus golfistas le sonrió por todo lo alto.
Fleetwood y Molinari, los únicos capaces de ganar los dos partidos
De nuevo, como había ocurrido por la mañana, siendo la única pareja europea capaz de sumar un punto, Tommy Fleetwood y Francesco Molinari asumieron el rol de líderes del equipo con una solvencia digna de elogio. Sorprende la tranquilidad que transmite el inglés, debutante en una Ryder, capaz de desquiciar incluso a todo un Tiger Woods con unos golpes maravillosos y viendo el agujero como una cazuela. Tras ganar al Tigre y a Patrick Reed por la mañana, la pareja estrella de los azules pudo con el dúo mas solvente de los norteamericanos: Jordan Spieth y Justin Thomas, también desquiciados por sus rivales y también, que nadie se engañe, por un Le Golf National que cuando se mete en tu cabeza es imposible evacuarlo de ahí.
Si Jon Rahm decepcionó por la mañana, todo lo contrario sucedió con Sergio García por la tarde. Junto al veterano, aunque novato en estas lides, Alex Noren, barrió literalmente a un pareja experimental, que no dejó en buena posición a Jim Furyk, capitán norteamericano. La experiencia de Phil Mickelson y la extravagancia de Bryson De Chambeau fueron un juguete en manos europeas que apenas duró hasta el green del 14.
En clave europea, una de las mejores noticias fue el buen rendimiento de Rory McIlroy junto a Ian Poulter en los foursomes, después de haber caído por la mañana. El norirlandés debe ser uno de los baluartes del equipo de Bjorn y el haber recuperado la sonrisa es un mini punto más a favor del Viejo Continente.
Tras ganar al propio McIlroy y a Olesen por la mañana, Dustin Johnson y Rickie Fowler amenazaban con convertirse en una de las parejas a batir en esta Ryder, pero Europa pudo parar los pies al número uno del mundo. Más lúcido que por la mañana, Bjorn alineó una Ryder más a la pareja Stenson-Rose que le devolvió al confianza a su capitán con una solvente victoria ante los temibles norteamericanos.
Este sábado se repetirá la historia, con los fourballs matutinos y los foursomes vespertinos. Los 24 golfistas presentes en París ya han demostrado sus credenciales. Hora para que los capitanes empiecen a tomar decisiones difíciles. ¡Qué siga la Ryder Cup!