Mientras pasaban los aviones por encima de sus cabezas camino del aeropuerto los dos sin timonel españoles peleaban en las finales en el campo de regatas de Sea Forest. Pero ni el tándem formado por los sevillanos Jaime Canalejo y Javier García ni la pareja integrada por la catalana Aina Cid y la cántabraVirginia Díaz pudieron subirse al podio. Ambos botes terminaron en el sexto lugar, en plaza de finalista, más cerca de la lucha por algo más los hombres que las mujeres.
“Estábamos satisfechas por haber alcanzado la final pero nos vamos un poco con la sensación agridulce de no haber estado un mejor en el momento definitivo. Somos ambiciosas y este no es el resultado que queríamos tener. Pero la experiencia ha sido fantástica”, comentó Díaz, enfermera de profesión y actualmente cursando también estudios de medicina. Para Cid, con quien forma equipo deportivo desde el 2018, fue la segunda vez que acaba sexta en unos Juegos porque ya alcanzó esa posición en Río 2016 junto a Anna Boada. Cid y Díaz tienen su campamento base de entrenamiento en Banyoles
Desde el primer momento de la final se mostraron rezagadas y, en todos los tiempos de paso intermedios (500, 1000, 1.500) marcharon en sexta posición. Tuvieron opciones de subir una plaza pero no lo consiguieron. “Hemos dado todo lo que teníamos, esto era lo que podíamos ofrecer hoy”, concedió Díaz.
Sensación agridulce
"Somos ambiciosas y este no es el resultado que queríamos tener", admite Virginia Díaz
Un poco más satisfechos terminaron los andaluces Canalejo y García, que llevaban el último mes antes de venir a Tokio viviendo juntos para intentar minimizar riesgos con el coronavirus. Son compañeros en el Real Club Náutico sevillano pero rivales en la regata entre el Sevilla (Canalejo) y el Betis (García). “La verdad es que hemos estado ahí en la pelea, estamos contentos por haber entrado en la final, sólo seis botes pueden decirlo y de esta experiencia tenemos que aprender para París”, apuntó Canalejo. Arrancaron claramente peleando por el bronce y al paso por el ecuador de la prueba eran cuartos, a la espera de algún hundimiento. Pero los que bajaron el ritmo fueron ellos. “Nos ha faltado un poco de fuerza en el último tramo. Hemos notado que tuvimos una prueba más para poder meternos en la final, pero lo hemos intentado”, analizó Canalejo.
El remo olímpico español debe seguir esperando para subir al podio.