Tiger Woods empieza el Masters en números rojos y Augusta enloquece
Golf | Grand Slam
El californiano firmó un -1 admirable 408 días después de su accidente
Las palabras se las lleva el viento. Los hechos son irrefutables. Y la sonrisa de Tiger Woods (46) en su trayecto desde el green del 18 hasta la carpa de entrega de tarjetas lo decía todo. Había alertado a sus rivales el californiano. Se veía con opciones de ganar el Masters. Una bravuconada más, pensó más de uno. Tras la primera jornada, en Augusta ya todo el mundo mira de reojo al Tigre que, 408 días después de esquivar la muerte y la amputación de su pierna derecha en un gravísimo accidente de tráfico, reapareció en su campo y su torneo fetiches firmando 71 golpes que engrandecen su leyenda.
Casi un año después de su última vuelta competitiva, Woods reapareció impartiendo una lección de inteligencia golfística, pundonor y magia. De aquellas para enmarcar. “Le he dado muy mal a la bola calentado pero al fin y al cabo he calentado que era lo importante”, admitía al acabar. El cinco veces ganador del Masters ha jugado claramente limitado físicamente, sin poder agacharse del todo para ver las caídas, pero lo ha compensado con su privilegiada cabeza, con decisiones como optar por la madera 3 en el tee del 2, por ejemplo, y agarrándose al palo que le ha convertido en el golfista más influyente de la historia, el putt.
Ya en su primer hoyo, Woods ha dado muestras de su espectacular capacidad de recuperación y ha firmado un gran 4 con un sólido putt. En el 6 se ha puesto en números rojos con su mejor golpe del día en el par 3. Pero su peor momento ha llegado en el 8, cuando ha pegado dos approaches muy malos que le han costado un doloroso bogey en el par 5. “He cometido dos estúpidos errores”, lamentaba luegi. Después, en el 9, ha salvado otro par milagroso y se ha serenado. En la segunda vuelta, ha hecho birdie al 13, el único par 5 en el que se ha tirado al green de dos, y al 16 con un putt largo, que han compensado su error en el 14.
Otra de las incógnitas que rodeaban a Tiger se resolverá este viernes, cuando se comprobará si su cuerpo es capaz de asumir la exigencia física de un torneo. “Esta noche lo que me espera es mucho hielo”, rugía con una carcajada tras entregar su 71. Era un Tigre feliz.
En el turno matinal de esta primera jornada de Masters también ha reclamado su trocito del pastel el australiano Cameron Smith, que ha firmado una vuelta que ha rozado el surrealismo pero que le ha situado como uno de los primeros líderes. Su -4 se ha dibujado con un doble bogey en el 1 para empezar y otro en el 18 para acabar. Entre ambos, 8 brillantes birdies. Lo dicho, surrealista y brillante.