El mal tiempo rindió este martes visita al Augusta National. A media mañana sonó la sirena y las rondas de prácticas quedaron canceladas. El público tuvo que buscar cobijo... pero no se aburrió. Cosas del destino, apenas unos minutos después Tiger Woods se sentaba en la sala de prensa y pronunciaba dos palabras que atronaron a los cuatro vientos: “I do”. La pregunta no fue otra que si sentía que podía ganar el Masters: “Sí, no voy a un torneo si no creo que puedo ganarlo”.
La incógnita sobre la participación del californiano en el primer Grand Slam del calendario golfístico quedó rápidamente despejada por mucho que a Woods le divirtiera ponerle un toque de emoción. “Ahora mismo siento que voy a jugar”, decía sin querer confirmarlo al cien por cien. En posteriores respuestas despejó las dudas, si es que alguien aún albergaba alguna.
Le estoy pegando bien a la bola, el problema es caminar
El ex número uno del mundo no disputa un torneo del PGA Tour desde el mes de noviembre de 2020. El grave accidente de tráfico que sufrió tres meses después puso en riesgo su carrera y su vida. Después de una recuperación salvaje parece que su pierna derecha está respondiendo bien. “Han sido meses muy duros, trabajando con mi equipo a diario, es algo que no se lo deseo a nadie pero estoy contento de dónde estoy ahora mismo. Le estoy pegando bien a la bola, eso no me preocupa, el problema va a ser caminar y recuperarme del esfuerzo día a día. Estos 72 hoyos van a ser como un gran maratón”, subrayaba ante la perspectiva de jugar un campo con tantas pendientes como el Augusta National. Woods dejó entrever que una de las cosas que le convenció para intentar el asalto a su sexta chaqueta verde fue su buena respuesta la semana pasada, cuando viajó al templo georgiano y jugó el mismo día 27 hoyos (incluyendo el campo de pares 3) con Justin Thomas y su hijo Charlie.
Tiger celebra este año el 25.º aniversario de su primer Masters y empezará el asalto a su sexta chaqueta verde en un partido de altos vueltos junto a Louis Oosthuizen y Joaquín Niemann. “Me cuesta caminar pero creo que tengo manos para ganar y mi cuerpo se mueve lo suficientemente bien. Va a ser un gran desafío”, sentenció.
Este Masters promete.
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