Al repasar la carrera de un futbolista hay que ir saltando de temporada en temporada para ir recopilando sus grandes momentos. Si es el caso de un delantero, hablaríamos de sus goles más decisivos. Con Lamine Yamal lo convencional no existe. Todo salta por los aires. En los últimos ocho meses, el mago de Rocafonda ya suma tantos goles importantes como muchos otros compañeros a lo largo de una carrera. Y eso que el astro del Barça y de la selección española apenas tiene 17 años. Sentir vértigo sería lo más normal a la hora de pensar hasta dónde puede llegar.
Mestalla es el último coliseo del fútbol en el que Yamal ha dejado su huella. Como si fuera el paseo de la fama de Hollywood va acumulando estrellas. Un control con el exterior, un quiebro de espuela por detrás del defensor, un toque sutil y un disparo al palo largo con su inigualable zurda. Una obra de arte en plena prórroga, con toda la presión imaginable y ante un rival tan rocoso como demostró ser Países Bajos. En resumen, una pasada.
Deja su firma
Desde la Eurocopa, ha aparecdo en todos los duelos decisivos
La figura de Lamine sigue agigantándose a pasos jamás vistos antes a un futbolista de su edad. Su gran eclosión llegó en la pasada Eurocopa, cuando dejó de ser un niño para pasar a ocupar un lugar de privilegio en el firmamento de las estrellas del fútbol. Su camiseta con el 19 y el rojo de la selección empezó a multiplicarse por las calles de las ciudades españolas. En Valencia, casi toda la chavalería la lucía feliz y su simple aparición al fondo, bajando del autocar o saliendo a inspeccionar el césped, generaba un rumor de admiración entre la afición.
Su gran actuación en el torneo de Alemania se coronó con un gol de aquellos de de aquí a cien años se seguirá disfrutando en vídeo. Un golazo marcado a Francia en semifinales en el mismísimo Allianz Arena de Múnich, donde tras burlar a Rabiot colocó el balón en la escuadra. Una maravilla de esas que retiene la memoria de cualquier aficionado. A partir de entonces, otra vez enfundado con la camiseta del Barça, ha continuado su escalada.
En lo que llevamos de temporada, Lamine no se ha perdido ni un momento decisivo y ha aparecido en todos ellos. En el primer clásico del curso dejó su sello en el Bernabeu con un gol y una actuación soberbia. Repitió ante los blancos en Yida, en toda una final de la Supercopa, estampando su firma en una goleada inolvidable. Después de llegó la Champions, con gol al Benfica en la vuelta de octavos, y la Liga, con el 2-3 que culminaba una remontada histórica en el Metropolitano a un rival directo por la Liga. Después de aquel duelo ante el Atlético, en la zona mixta, espetaba: “Sabía que iba a marcar en los partidos trascedentes”. No le faltaba razón. La de Mestalla ha sido su última perla. Apuesten que no será la última. Lamine Yamal ya es el chico de los goles importantes.