Antes de posar, la comitiva del Barça se pregunta:
–¿Y cómo nos ponemos?
Pues hay una amplia comitiva azulgrana: la han formado el presidente Joan Laporta y los vicepresidentes Rafael Yuste y Elena Fort, los directivos Xavier Puig y Joan Soler y los jugadores Marc-André Ter Stegen, Alejandro Balde, Ilkay Gündogan, Aitana Bonmatí, Patri Guijarro, Mapi León, Fridolina Rölfo y Salma Paralluelo y el entrenador de las azulgrana, Jonatan Giráldez.
Tras charlas y negociaciones, todos deciden posar a la vez.
Pero tantos son que apenas caben en la foto, y por eso tienen que organizarse. El resultado del guirigay es una foto algo desordenada que, al fin, deriva en múltiples combinaciones: posan todos juntos, y luego Laporta junto a Bonmatí, y los tres jugadores masculinos, y las jugadoras...
El primer premiado, sin embargo, es un jugador del Real Madrid: Eden Hazard, recién jubilado como futbolista (se ha retirado con la camiseta blanca, triste adiós el suyo), entrega el Trofeo Kopa como mejor joven a Jude Bellingham, verdugo de los azulgrana el pasado sábado en Montjuïc: lo hereda de Pedri y Gavi.
Y el segundo premiado, otro blanco: Vinícius recibe el Sócrates por su compromiso social (lo gestiona a través del Instituto Vini Jr, muy participativo en São Gonçalo, en Rio de Janeiro) y su lucha contra el racismo.
Vinícius dice:
–Es triste tener que hablar de racismo, prefiero hablar de fútbol.
(Y su discurso es una paradoja, pues desperdicia una ventana perfecta para reivindicarse en su lucha contra el racismo).
Ocasión perdida
“Prefiero hablar de fútbol”, dice Vinícius, premio Sócrates a la lucha contra el racismo; y así, desperdicia una ventana perfecta para hablar de racismo
Y luego, ya sí: al fin, la gala distingue al Barça como mejor equipo femenino y al escenario se aúpan Laporta (minutos antes ha intercambiado unas palabras con Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA: las relaciones se están reencauzando), Giráldez y Guijarro, y lo hacen poco antes de que la parroquia interrumpa a silbidos el discurso del argentino Emiliano Martínez, mejor portero, pues una parada suya había arruinado el título de los franceses en la última Copa del Mundo.
–Cuando hablan los futbolistas, les ruego que guarden silencio –apremia Didier Drogba, conductor masculino de la gala.