La polémica ha protagonizado el final de la primera mitad del Valladolid-Sevilla, tras ser anulado un gol de Escudero porque el árbitro había señalado el final cuando el balón ya estaba en el aire.
La decisión ha derivado en la salida en tromba al campo de los jugadores para protestar al colegiado y en tarjeta roja para uno de los miembros del equipo técnico del cuadro local, que ha sido acompañado del enfado de una afición que se ha quejado de manera airada.
El conjunto pucelano necesita los tres puntos como agua de mayo, apurado como se encuentra en la lucha por eludir el descenso.
El episodio ha sido la guinda de una primera parte en la que ha habido poco juego y sin apenas ocasiones reales de gol, ni en un área ni en otra, ya que la prudencia y el nerviosismo han marcado a sevillanos y a vallisoletanos, respectivamente.
El propio Escudero había tenido la oportunidad de abrir el marcador a los 39 minutos, si bien Badé había mostrado una gran capacidad de reacción para impedir que pudiera rematar con comodidad.
Por contra, cada vez que el Sevilla alcanzaba el área local, se incrementaba el peligro, con un Rafa Mir que ha probado a Masip, bien situado en la meta.