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La penúltima aventura de Sergio García y Joan Verdú como futbolistas

Una experiencia particular

Ambos futbolistas inician una nueva etapa en la Montañesa de Tercera División

Joan Verdú y Sergio García vestirán desde esta semana el amarillo y negro de la Montañesa

Ana Jiménez

La amistad entre Joan Verdú (5 de mayo de 1983) y Sergio García (9 de junio de 1983) tiene ya varios lustros a sus espaldas. Amantes del balón, los años les han convertido en almas gemelas en lo futbolístico. Fue la cantera del Barça quien unió sus destinos siendo unos chavales, cuando daban sus primeros pasos con la ilusión de llegar algún día al profesionalismo. Ambos han tenido carreras prolíficas y exitosas en la élite.

Volvieron a coincidir con papeles protagonistas en el Espanyol. Allí reafirmaron su vínculo a mitad de un camino al que todavía le correspondían más etapas. Antes y después ambos jugaron en el Betis y el Levante. Huelga decir que comparten agente, Mágico Díaz. Ahora, con 37 años, su romance con la pelota les ha devuelto al origen de su propia amistad, en Tercera División, para fichar por un club de barrio como la Montañesa.

Siento que podría haber ayudado en el Espanyol el año pasado, tanto en el campo como en el vestuario”

Sergio García

“Estamos aquí porque nos gusta jugar al fútbol. Se nos presentó la opción de venir y además de hacerlo juntos y no dudamos. Nos gusta competir y es a lo que venimos”, explica Verdú en el vestuario de la Montañesa, un modesto club muy alejado de los lujos de Primera División. Ambos llevaban más de un año sin competir por motivos diferentes. Verdú volvió de su etapa en el Qindao de China con una rotura de ligamentos cruzados en la rodilla, de la que ha tardado en recuperarse más de un año.

Sergio García confiesa que se ha seguido entrenando. Lo hizo en el Horta de su amigo Víctor Valdés. Y con la intención de mantener el ritmo competitivo hasta que llegue otra oportunidad, ambos dieron el sí a la petición de Pedro García, el director deportivo del club. “Tengo un amigo que está en el club y en el cuerpo técnico, me dijo que qué me parecía venir a jugar, para pasármelo bien y se lo dije a Joan”.

Sergio García y Joan Verdú no quieren colgar las botas

Ana Jiménez

Así comenzó una aventura que hoy ya es un reto. “Venimos de Primera, pero igual nos exige mucho más la Tercera. La gente se piensa que es fácil cuando no lo es. Venimos a intentar hacer crecer a este equipo”, explica Verdú, quien no descarta volver al fútbol profesional. “El fútbol es tan especial que nunca sabes. No se lo que pasará de aquí a un año o dos, pero mientras haya ganas lo seguiremos intentando”, explica.

“Hay gente en Primera y en Segunda mayores que nosotros”, apunta García, que desvela que tuvo otras ofertas. “Por las circunstancias que estamos viviendo –en referencia a la pandemia- yo no quería irme fuera. No lo veo. He tenido cosas para irme pero no me han convencido. Prefería quedarme aquí y aprovechar esta oportunidad”, recalca.

El fútbol es tan especial que no sabes lo que puede pasar, pero mientras tengamos ganas seguiremos”

Joan Verdú

Sergio dejó al club que le dio sus mayores alegrías, el Espanyol, en el verano del 2019. El equipo consiguió la clasificación para la Europa League y él deseaba tener una continuidad que se le negó. Creo que podía haber ayudado. Tanto en el campo como en el vestuario. Tengo compañeros que me lo han dicho. Un jugador veterano ayuda mucho cuando estás en una mala situación. Creo que podía haber dado mucho más en el Espanyol”, lamenta. Además, considera que no fue tratado como se merecía. “Sabía que no iba a continuar porque la persona que estaba no quería, pero no me lo dijo. Tardó, no dio la cara. A la cara no me lo dijeron hasta mediados de verano”, critica.

Sin embargo, ambos conservan grandes recuerdos de su paso por el club perico. “La inauguración del estadio contra el Liverpool fue un día muy especial. La celebración y lo que se vivió ese día significó mucho”, recuerda Verdú. Para García “el día que nos clasificamos para la Europa League, después de tantos años, fue inolvidable. Con la gente saltando al campo. Ojalá puedan volver a Primera, porque es un club grande con una gran afición que te lo da todo”, explica.

Verdú siempre fue finura, estilismo y clase para convencer antes que para vencer. Un jugador que persuadía al aficionado con su capacidad desde la medular. Sergio García, en cambio, era la pasión, el rock duro, el gol por el gol. Un campeón de Europa. Una nueva etapa comienza al final de la vía Júlia, la penúltima para estos dos viejos rockeros del balón, porque con ellos nunca se sabe.