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La presencia del VAR dispara la señalización de penaltis

Liga Santander

Con los señalados a Barça, Atlético y Celta se ha superado, con 130 lanzamientos, las penas máximas de la temporada pasada

El penalti de Semedo sobre Carrasco.

Reuters

El fútbol es un deporte de contacto, pero si hay contacto en el área es penalti, tal y como está ocurriendo en los últimos partidos de la Liga Santander. En esta sencilla contradicción se ha enmarañado el VAR o mejor dicho su protocolo. La jornada de ayer dejó cuatro ejemplos claros del bajo listón de los árbitros para señalar una pena máxima, con acciones donde el impacto dentro del área es muy leve pero suficiente para acallar las voces desde la sala VOR.

Con la seguridad que ofrece tener el colchón de la tecnología, los trencillas hacen sonar el silbato con más rapidez de la habitual dentro del área, sabedores que desde el VAR corregirán una versión errónea de los hechos. Pero la tecnología está atada de pies y manos cuando hay un mínimo contacto, por pequeño que sea, porque entonces la jugada entra en el terreno de la interpretación. Territorio vedado para el videoarbitraje.

Más penas máximas desde la aparición del VAR

En lo que llevamos de curso se han señalado 130 penaltis, más que en la temporada pasada

El Celta se llevó un severo correctivo de su visita al campo del Mallorca, con una manita de goles en su maleta de vuelta a Vigo, pero la goleada empezó con un penalti muy discutible. Santi Mina contactó con Dani Rodríguez dentro del área y De Burgos Bengoechea, tras varios minutos de reflexión, señaló los once metros. El VAR mantuvo su silencio, puesto que el colegiado vasco seguramente describió el contacto entre los jugadores. Pero nadie valoró en su justa medida la intensidad del choque, claramente insuficiente para ser considerada falta.

El Celta se quejó de un penalti a favor del Mallorca.

EFE

En el partido entre el Barça y el Atlético de Madrid en el Camp Nou, que acabó con empate a dos y puede resultar decisivo para el desenlace del título de Liga, el árbitro del encuentro, Hernández Hernández, señaló tres penaltis, dos a favor de los colchoneros y otro para el equipo de Quique Setién.

Todos ellos por contactos sutiles, con mucha predisposición por parte de la víctima para buscar la pena máxima. De nuevo la intensidad en el puto de mira. Tanto Yannick Carrasco, en dos ocasiones, como Nélson Semedo, cayeron de manera desproporcionada al verde cuando notaron el impacto. Arturo Vidal, Felipe y Semedo, en este caso como infractor, pecaron de inocentes metiendo una pierna a destiempo que sirvió de argumento para señalar penalti y a su vez para quitar cualquier potestad al VAR.

Sin el VAR

En la temporada 17/18 se pitaron 113 penaltis; en la 16/17 se alcanzaron los 120; en la 15/16 apenas 97; y en la 14/15 fueron 109

Las cuatro acciones en Mallorca y Barcelona son sólo una prueba de la tendencia con los penaltis desde la aparición del VAR hace dos temporadas. Con los de ayer ya se han señalado un total de 130 penaltis en lo que llevamos de Liga según datos recogidos por Transfermarkt y se supera de este modo los 129 lanzamientos desde los once metros de toda la temporada pasada.

Tanto el curso anterior como el actual, los únicos hasta la fecha con la ayuda de la tecnología, han sido los años con más penaltis, y por mucho, del último lustro. Sin el VAR, en la temporada 17/18 se pitaron 113 penaltis; en la 16/17 se alcanzaron los 120; en la 15/16 apenas 97; y en la 14/15 fueron 109.

El penalti del empate transformado por el VAR.

EP

¿Antes del VAR se les escapaban muchos más penaltis a los colegiados o la tecnología ha condicionado la manera de arbitrar? El VAR ha colaborado en aumentar esa cifra de penaltis al avisar al trencilla en acciones punibles que son muy claras e irrebatibles, como cuando un jugador toca el balón con la mano dentro del área. Pero en acciones discutibles no aporta nada y a su vez ha enturbiado, tanto para jugadores como para el propio árbitro, decisiones tan importantes como la señalización de una pena máxima.

Antes de la aparición del VAR, los árbitros asumían una gran responsabilidad a la hora de señalar un penalti, ya que no había vuelta atrás. La implantación de la tecnología en el fútbol ha aportado sin duda más justicia al deporte rey, pero también una falsa seguridad a los colegiados cuando se trata de juzgar según qué acciones en el interior del área.

No todos los contactos en el área son penaltis, a pesar de que la cámara lenta ofrezca una imagen nítida del impacto entre dos piernas o la de una mano posándose sobre la espalda de un jugador contrario. El VAR ha llegado para quedarse, pero a su protocolo aún le queda margen de mejora para impartir una justicia más eficiente, evitando dar ventaja al pícaro que se ampara en el contacto.

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