Cristiano destruye al Atlético
Juventus, 3 - Atlético, 0
El portugués logra un triplete decisivo para eliminar a los colchoneros
El Atlético revivió en Turín su peor pesadilla a manos de su archienemigo de siempre. Cristiano consumó la revancha que prometió cuando salía enrabietado y desdeñoso por la zona mixta del Metropolitano y anoche engordó su leyenda, si eso es posible, con una exhibición de su pegada demoledora, un triplete que metió a su equipo en los cuartos de final y que debería sonrojar a Florentino Pérez y a todo el madridismo que pidió con insistencia al presidente del club blanco que le echara en verano de una vez por todas.
Mal perdedor, Cristiano tampoco mejoró su imagen en la victoria y se despidió llevándose las manos a sus genitales en un feo gesto dedicado a Simeone, al que copió en su celebración.
El Atlético se dedicó a sobrevivir, la mayor parte de tiempo con el agua al cuello
Nada le funcionó al Atlético en la noche en que se fue por la puerta de atrás de una Champions cuya final se juega en su estadio. La eliminación fue tan dolorosa como justa. El Juventus fue menos italiano que nunca. Forzado por la necesidad de remontar el 2-0 de la ida, el equipo de Allegri se desmelenó desde un principo y fue a por todas con pocas precauciones tácticas. El Atlético se dedicó a sobrevivir, la mayor parte de tiempo con el agua al cuello.
La sorpresa en la alineación fue Bernardeschi, un volante que sentó a Dybala en una arriesgada maniobra que le salió bien a Allegri. Todo estuvo muy claro desde el principio. El Atlético, en ese sentido, no engaña. Es el Atlético, con sus virtudes y sus defectos. A su gente les encanta. A los puristas del fútbol su propuesta les suele resultar indigesta.
El Juventus se tomó el partido como un abordaje de la nave enemiga. A los tres minutos Godín salvó el gol y a los cuatro Chielini marcó, pero el gol fue anulado por falta previa de Cristiano a Oblak. Los locales protestaron mucho con el estadio encendido. El tono de la acción marcó el resto de la primera parte. El Atlético no se arrugó pero fue a la suya. Bien arropado atrás, dejó el balón al rival y esperó su momento. El Juventus no dio tregua. Emre Can y Pjanic marcaron el ritmo y Bernadeschi buscó el pase definitio entre líneas. Cristiano merodeaba por el área con su instinto de goleador implacable. Si acaso la única pieza que desencajaba en el mecano era Mandzukic, desplazado por Cristiano a una banda como si fuera Benzema, sólo que la calidad del croata es muy inferior a la del francés.
Ante esta Juventus enérgica, muy distinta al equipo timorato del Metropolitano, el Atlético fue muy poco. Su centro del campo no se dejó ver. Desaparecidos Saúl, Koke y Rodrigo, el equipo se hizo muy largo, con Morata y Griezmann totalmente desconectados del resto.
La inercia del partido llevó al Juventus a cercar el área de Oblak. Después de varios sustos provocados por Bernardeschi el gol llegó sobre la media hora por la vía más natural, un centro del talentoso centrocampista y un cabezazo de Cristiano saltando por encima de Juanfran, que jugaba como lateral izquierdo improvisado por las ausencias por lesión de Lucas y Filipe Luis.
En el segundo gol tuvo que intervenir la tecnología de gol
El partido entraba en una vía muy peligrosa para el Atlético con el 1-0 pero nada más empezar la segunda parte todo empeoró con el segundo gol que igualaba la eliminatoria, otro poderoso cabezazo de Cristiano que saltaba esta vez más que Giménez y Godín. Hubo suspense porque el VAR decretó que Oblak había sacado el balón una vez este había traspasado ya la línea de gol.
El 2-0 obligaba al Atlético a despertar. Requería un toque de corneta del Cholo, que no suele ser un técnico que se caracterice por su valentía o su ductilidad en los sistemas. Entró Correa por Lemar para buscar más verticalidad pero enseguida reaccionó Allegri dando entrada a Dybala por Spinazzola, un cambio rabiosamente ofensivo que obligaba a Emre Cam a jugar de lateral
Bajó el ritmo Bernardeschi y el Atlético estiró un poco la cabeza, pero no mucho. Tras fallar Kean un clara ocasión llegó el inocente penalti de Correa a Bernardeschi. Cristiano clavó el 3-0 y ahí murió el Atlético. Cristiano puede aún soñar con su sexta Champions.