El Barça cierra una herida y asegura el primer puesto de grupo en Champions
Juventus, 0 - Barça, 0
Con Messi suplente de inicio, empató a cero ante la Juventus en un choque muy diferente al del año pasado
La profunda herida que provocó la Juventus en la piel del Barça el año pasado se cerró definitivamente este miércoles en Turín. Si hace unas semanas, el 3-0 del Camp Nou actuó mejor que un litro de yodo, el empate sin goles en el Allianz Stadium dejó definitivamente en el olvido lo ocurrido el año pasado en los cuartos de Champions. Esta vez, el conjunto azulgrana salió vencedor ante la Juventus y aseguró su presencia en octavos de final de la Champions como primero de grupo.
No existe mayor revolución en el Barça que prescindir de los servicios de Leo Messi, el mejor jugador de la historia del fútbol. Se atrevió Valverde en Turín, en una de las citas de mayor talla de la Champions, una decisión seguramente pactada cuyos motivos oficiales fueron “razones técnicas”. Si el argentino necesitaba descanso en este calendario de locos, que lo hiciera ante la Juventus sorprendió a propios y extraños, aunque fríamente era el partido en el que el conjunto azulgrana contaba con más margen de maniobra.
Valverde aprendió la lección del año pasado
Agitó a su equipo Valverde y no sólo por la suplencia de Messi. Paulinho, Digne y Deulofeu irrumpieron el once en busca de un punto que asegurara el primer puesto del grupo. Presentó un dibujo indefinible el técnico, un esquema completamente adaptable según las circunstancias y las necesidades del partido. Un Lego que pasaba del 4-4-2 al 4-2-3-1 con la misma facilidad que se convertía en un 4-5-1. El paraíso de un niño con ganas de jugar.
Se había declarado “aburrido” Valverde de haber visto repetido el vídeo del 3-0 encajado por el Barça el año pasado en el Juventus Stadium. Aprendió de las imágenes que al conjunto piamontés no se le puede dejar espacios para correr, un arma que le convierte en letal. Y así planteó la batalla, poblando el centro del campo, reduciendo los espacios y también el espectáculo. Primaba el objetivo, como debe ser en una cita así.
La ausencia de Messi la pagó el fútbol, que también se quedó en el banquillo. Como dato, el primer córner no llegó hasta el minuto 50. El choque parecía una final, con dos equipos muy bien plantados sin ninguna intención de arriesgar lo más mínimo. Apenas unos chispazos de Douglas Costa inquietaban al Barça, bien atado Dybala por el entramado defensivo. Buffon se estiraba ante los tiros lejanos de Paulinho, el único barcelonista que parecía tener la portería contraria entre ceja y ceja.
Si el gol sobrevoló el Juventus Stadium en algún instante de la primera mitad fue en una falta de Rakitic, envenenado su lanzamiento, que acabó topando con el palo. Un espejismo en una batalla que se seguía librando en el centro del campo, con una Juve que era mucho más vertical que el Barça, que circulaba el balón de lado a lado sin el más mínimo atisbo de prisa.
Se atrevía Semedo por la derecha, rozaba el interruptor Iniesta con alguna genialidad y trabajaba Deulofeu en la contención, con poco espacio para el lucimiento en la noche turinesa. En defensa, Piqué se comía a Higuaín, agigantado el central, que no estará en Valencia para desgracia de Valverde, alarmado por un choque de Umtiti. Un ejercicio compacto, con escasa brillantez, de un Barça que parece tener las ideas muy claras y no está dispuesto a que la presión del entorno empañe su gran inicio de curso.
Cocinado el empate, decidió el Barça darle el último toque a su receta para alcanzar la excelencia en términos de resultado. Messi pisó el césped apenas comenzado el segundo tiempo, sustituido Deulofeu de nuevo por Valverde. Comparecía el argentino y sonreía el fútbol, aunque Turín nunca fue una ciudad con la que conectara bien el argentino. Como si Romeo abandonara Verona para declararse a Julieta en Nápoles. Corazones rotos asegurados. Pero el argentino disponía ahora de una nueva oportunidad ante una Juventus obligada a dar un paso atrás para definir la defensa ante Leo.
La entrada de Messi inclinó el campo hacia Buffon
Con las piernas frescas y la mente liberada, la presencia de Messi en el campo la notó el Barça, que fue ganando metros hasta merodear el área de Buffon con frecuencia. Digne fue incapaz de rubricar un pase genial de la Pulga, que había asumido todos los galones en el ataque azulgrana, desacertado Luis Suárez como en sus peores tiempos. Todo lo contrario que Ter Stegen, cada vez más decisivo, capaz de evitar un gol cantado de Dybala con una mano salvadora en el descuento. El alemán empieza a ser casi tan decisivo como Messi.
Pero no tuvo tiempo el astro argentino para asentarse del todo, enamorar a Turín y decidir un partido condenado al empate desde el pitido inicial. Un resultado mucho más beneficioso para el Barça que para la Juventus, obligada la Vecchia Signora a igualar el resultado del Sporting de Portugal en la última jornada si quiere estar en octavos. No así el conjunto azulgrana, que sigue creciendo al amparo de Valverde, cuyo crédito es cada vez mayor. El domingo, en Mestalla, vivirá otro examen. Ya se empieza a acostumbrar.
Ficha técnica
Juventus, 0 - FC Barcelona, 0
Juventus: Buffon; Barzagli, Rugani, Benatia, Álex Sandro; Khedira, Pjanic (Bentancur, m.66); Cuadrado (Marchisio, m.71), Dybala, Douglas Costa (Matuidi, m.85); Higuaín.
Barcelona: Ter Stegen; Semedo, Piqué, Umtiti, Digne; Paulinho, Busquets, Rakitic, Iniesta (Alba, m.82); Paulinho; Deulofeu (Messi, m.55), Suárez.
Árbitro: Milorad Mazic (SER). Mostró cartulina amarilla a los locales Pjanic (m.21) y Álex Sandro (m.72) y a los visitantes Paulinho (m.30), Digne (m.87) y Piqué (m.90).
Incidencias: Partido correspondiente a la quinta jornada del grupo D de la Liga Campeones disputado en el Juventus Stadium de Turín ante cerca de 40.000 espectadores.