A Carlos Sainz, recio ejemplar de la Villa y Corte, vecino de La Finca de Pozuelo de Alarcón, le sienta bien el aire mediterráneo de Barcelona. Fue en el Circuit de Montmeló, hace 18 años, cuando se quedó prendado de la Fórmula 1. “Barcelona me trae muy buenos recuerdos, vi en directo la carrera del 2005, con mi padre de la mano, y cuando volví a casa le dije que quería ser piloto de F-1 como Fernando Alonso; yo tenía diez años”... rescataba el madrileño de sus recuerdos. Cumplió su sueño, y desde que compite en la F-1 (2015), el Circuit aparece en el calendario como una de las citas-trampolín para impulsarse en el Mundial. Un efecto plataforma que le hace falta una vez más.
Tras seis carreras, el arranque de Sainz y de Ferrari no ha podido ser más tristón este 2023 en el que los de Maranello se esperanzaban con acortar la distancia con Red Bull y poder luchar por los títulos de pilotos y constructores. Pero los toros rojos no solo siguen lejos, sino que se les ha colado la sorpresa verde de Aston Martin con Alonso.
“Un buen resultado en casa sería una sensación única que me daría un plus de motivación”, dice Sainz
“No ha sido el inicio que en Ferrari esperábamos, ha sido más duro de lo que nos hubiese gustado. Sabemos que nuestro punto débil es el ritmo de carrera; no estamos mal a una sola vuelta, pero cuando se gastan los neumáticos, sufrimos en ritmo de carrera; estamos intentando corregirlo y dar un pasito adelante este fin de semana”, admitía Sainz, sincero.
El panorama no invita al optimismo en la escudería italiana: Sainz es 6.º de la general, con resultados discretos (un mejor 4.º puesto en Bahréin), y Leclerc es 7.º (con un podio en Bakú). Entre los dos suman menos puntos (90) que Alonso (93).
“Pero no nos rendimos, y estamos intentando cambiar el coche. Estoy seguro de que los resultados empezarán a salir pronto. Las novedades que traemos en Barcelona es un primer paso, están orientadas a mejorar el ritmo de carrera y hacer el coche menos impredecible, porque es muy cambiante de una carrera a otra. Intentaremos acercarnos a Red Bull carrera a carrera”, comentaba Sainz, que fue 9.º en el ensayo matinal (a 1,1s de Verstappen) y 7.º por la tarde a solo tres décimas del neerlandés.
Para Sainz, este de Barcelona “es el gran premio ideal para mejorar y situarnos. En Maranello han hecho malabares, un esfuerzo gigante para traer unas mejoras”. Además, cuenta con el efecto talismán del trazado catalán: en sus ocho años en la F-1, es el segundo trazado donde más puntos ha obtenido, 52 en sus ocho participaciones; solo le supera Mónaco, con 62 en ocho (gracias a dos segundos puestos).
“Este es mi noveno GP de España, parece que fue ayer cuando estaba con Toro Rosso en el 2015, clasifiqué quinto...”, y acabó 9.º, la tercera vez que puntuaba. Desde entonces, no ha dejado de sumar ningún año en Montmeló. “Es difícil de explicar. Barcelona junto a Mónaco es de los circuitos donde más puntúo todos los años, es donde tengo mejor récord, y estoy seguro de que la afición tiene algo que ver, me siento siempre muy arropado, con buenas sensaciones. La afición me transmite buen rollo y estoy seguro de que me ayuda y me hace dar un poquito más”, explica Sainz, que cuenta con una grada de animación en la Tribuna B con 3.300 aficionados fieles.
“Un buen resultado en casa bate cualquier mal resultado, sería una sensación única que me daría un plus de motivación para el Mundial”, se anima Carlos pensando en el efecto Barcelona.
“Vamos a intentar subir al podio, y si se puede, ganar”, lanza su anhelo el madrileño.