Max Verstappen volvió a imponerse en Australia, de nuevo superior su Red Bull, pero el neerlandés se arriesgó a perder la primera plaza del podio por colocar mal su monoplaza en la resalida a falta de dos vueltas para el final. Pese a la dudosa posición del vigente campeón en su casilla, los comisarios de la FIA no abrieron una investigación tras la finalización del Gran Premio en Albert Park.
La carrera, que fue una montaña rusa, dio un nuevo giro de guion a falta de dos vueltas, cuando un accidente de Kevin Magnussen provocó que se enseñara la bandera roja, la segunda de la carrera. Todos los bólidos ocuparon una vez más la parrilla de salida y Verstappen, aunque tocando la línea blanca que delimita el espacio, colocó su Red Bull unos centímetros por delante, incluso avanzó un poco más el monoplaza en el último instante.
La imagen de Verstappen, que ha inundado las redes, no ha provocado, en principio, una sanción, algo que sí sufrieron otros pilotos por una situación similar. Fernando Alonso recibió una penalización de cinco segundos en el anterior Gran Premio de Arabia Saudí por colocar su Aston Martin ligeramente a la izquierda del cajón de salida y Esteban Ocon sufrió el mismo castigo en Bahréin.
La nueva salida se saldó con otro accidente, en este caso entre Ocon y Gasly que provocó una definitiva bandera roja y derivó en que la carrera, a falta de una vuelta, finalizara con la presencia del safety car en pista hasta la bandera a cuadros. De este modo, las diferencias fueron mínimas en la meta, por lo que una sanción a Verstappen le hubiera relegado hasta la séptima posición.
Los comisarios de la FIA no abrieron una investigación tras la carrera
El gran beneficiado de una penalización a Verstappen habría sido Lewis Hamilton, segundo en la carrera, que habría sido declarado ganador del Gran Premio mientras que Alonso habría escalado de la tercera a la segunda posición. Sin embargo, el jefe de Mercedes, Toto Wolff, no alimentó la polémica: "Para mí, está sobre la línea".