Siempre ha habido en la F-1 pilotos que han corrido con la L, de novato ( learner ), y otros con el cartel de PD , de pay driver (piloto de pago), desde que business is business en la categoría reina del automovilismo. Entre ellos, el caso paradigmático del chaval Lance Stroll (21 años), miembro del equipo Racing Point, el heredero de Force India desde agosto del 2018 y próximo antecedente, a partir del 2021, de la futura escudería Aston Martin. Sí, la icónica marca inglesa de coches de lujo, como el de James Bond, regresará a la F-1, no como patrocinadora (como ahora de Red Bull), sino dando nombre a una estructura, 61 años después de su última aparición en el gran circo .
Y el primer piloto que mueva el volante de tan emblemático coche será, evidentemente, Lance Stroll. Un regalo de papá, el señor Lawrence Sheldon Strulovitch (60), el multimillonario número 877 del mundo en la lista Forbes 2019, con un patrimonio estimado de 2.700 millones de dólares.
Piloto de pago
Desde su llegada a la F-1 en el 2017, Lance Stroll ha tenido dos volantes ‘patrocinados’ por su padre
Con semejante capital, el empresario canadiense, con negocios destacados en el mundo de la moda (Michael Kors, Tommy Hilfiger, Pepe Jeans), se podía permitir jugar a los cochecitos y, de paso, allanar el camino a su chaval, desde bien pequeño. Después de pagarle toda la carrera automovilística en el karting y los monoplazas de promoción, con los mejores coches (fue campeón de la F-4 italiana 2014, de la Toyota Racing Series 2015 y de la F-3 Europea 2016), Lawrence, como todo padre haría, abrió las puertas que hizo falta (o directamente las compró) para que el chico entrase en la Fórmula 1.
A saber: un año antes de aterrizar en Williams, invirtió 80 millones de dólares en la escudería inglesa de Sir Frank, que estaba canina. ¿Caritativo? No way ... Al año siguiente, Lance entraba como piloto titular en Williams, por dos temporadas (2017-18) –con resultados discretos (12.º y 18.º), cuando coetáneos suyos como Pierre Gasly (campeón de la GP2 2016), Charles Leclerc o Alex Albon (campeón y subcampeón de la GP3) tenían que picar piedra hacia la élite.
El siguiente movimiento de papá Stroll fue comprar Force India, la escudería del indio Vijay Mallya comida por las deudas (180 millones de euros en rojo), en agosto del 2018. Le cambió el nombre por el actual de Racing Point, y al curso siguiente Lance pasó a ser piloto del equipo, junto a Sergio Pérez. Fue 15.º del campeonato.
Críticas a la operación
“Simplemente papá está calmando a su hijo comprándole la oportunidad de estar en un fabricante”
Similar jugada a la cerrada hace unas semanas: Lawrence Stroll compra por 235 millones de euros el 20% de la compañía inglesa Aston Martin Lagonda Limited, que atravesaba una grave crisis por falta de liquidez, pasa a ser su presidente ejecutivo, y anuncia que la mítica marca dará nombre a Racing Point a partir del 2021 por 10 años. De este modo, Aston Martin dejará de ser title sponsorship de Red Bull y se constituirá como escudería propia: regresa a la F-1 después de su efímero paso entre 1959 y 1960 (cinco GP, el último, con Maurice Trintignant y Roy Salvadori de pilotos).
Las críticas a la operación regreso de Aston Martin no se han hecho esperar. Dardo de Oksana Kosachenko, exdirectora comercial de la extinta escudería Caterham y exrepresentante de Vitaly Petrov: “Soy una escéptica y creo que simplemente papá está calmando a su hijo comprándole la oportunidad de estar en un fabricante”, dijo al portal ruso Sport Box. “No estoy segura de que Lawrence Stroll sea un empresario de la industria del automóvil y del motorsport tan visionario como para seguir desarrollando este proyecto cuando termine la carrera de Lance”.