Más Masia que cracks

Más Masia que cracks

La fórmula de éxito siempre ha sido clara en el Barça. Una mezcla precisa entre talento surgido de la Masia y aportación de jugadores extranjeros diferenciales. No es nada sencillo conseguirla, pero cuando suena la flauta (no por casualidad, sino por buen trabajo) todo es posible en el club azulgrana. Por mencionar los ejemplos más recientes, sucedió en el Barça de Rijkaard con Ronaldinho, Deco y Eto’o mezclando con Puyol, Valdés y compañía de maravilla; mejoró el ambiente y la versión de aquel equipo gamberro Pep Guardiola con incluso mayor peso del género local (Iniesta, Busquets, Xavi y por supuesto Messi) y la reinterpretó con sexto sentido Luis Enrique en favor de talentos foráneos aprovechando los enormes refuerzos de Neymar y Luis Suárez juntándolos con Messi. Ese último tridente podría pelear y salir ganador de una comparación con Vinícius, Mbappé y Rodrygo del actual Madrid.

Hoy el Barça es sostenido por la Masia de manera tan pronunciada que uno sospecha que lo es por necesidad, porque la parte que debe compensarla sigue llena de elementos defectuosos. Es fantástico ver a Cubarsí de titular en Mestalla con 17 años, los mismos que tiene Marc Bernal, nueva perla, y el extraordinario Lamine Yamal. También lo es celebrar el retorno de Balde, de 20 años, o asistir al advenimiento del hambriento y entusiasta Marc Casadó, pero no lo es tanto seguir el trayecto del balón más allá del centro de campo hasta que llega a los pies de futbolistas fichados a golpe de talonario sin las prestaciones que se les presuponen. Ya los hemos visto demasiadas veces como para que nos sorprendan con una versión despampanante que desconocíamos. Son más lastre que gasolina.

Al Barça lo sostiene su maravillosa gente joven porque los fichajes no han sido diferenciales

Ni Ferran Torres, ni Raphinha ni el actual Lewandowski, pese a sus dos goles vitales (uno de oportunista y otro de penalti, no hay que desmerecer su perseverancia), son primeras espadas mundiales. Esas fueron las apuestas de la actual directiva en ataque (además de la incalificable operación Vitor Roque), y ninguno tiene el nivel correspondiente a los futbolistas diferenciales. Messi ya no está y recordemos nombres como los de Ronaldo, Romário, Ronaldinho o Rivaldo para dejar claro a qué nos referimos. Sonaban a otra cosa.

En Mestalla fueron los más jóvenes los que mejor lo hicieron. Quienes merecerían más paciencia y crédito, y la protección de la crítica más cruel, se blindaron por sí solos con actuaciones más que correctas. El Barça de Hansi Flick no fue reconocible por nada en particular salvo por su apuesta por la Masia, un detalle nada menor, y por un plus intangible que retrata a los equipos que detestan perderle la cara al partido.

Es un buen comienzo ganar, pero se intuye que la evolución y mejora de este equipo consistirá en el trabajo del entrenador para implantar su pizarra, en la incorporación de futbolistas como Dani Olmo, Fermín y Gavi, y en el desarrollo de una idea estrictamente colectiva.

No le sobran cracks a este equipo. Lamine Yamal a parte, las supuestas figuras, aquellas que dejan boquiabierto al personal y asumen galones de forma individual cuando el grupo no llega, en el Barça de hoy no existen.

Marc Casadó estuvo a punto de acabar su gran partido con un gol

Marc Casadó estuvo a punto de acabar su gran partido con un gol

REUTERS
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