Llega el día D para el Barça. Y es que afronta la eliminatoria que marcará el futuro inmediato del equipo. El escenario es inmejorable: el Estadio Diego Armando Maradona. El rival, el Nápoles, que sorprendentemente ha cambiado el entrenador esta misma semana. Francesco Calzona será el tercer técnico de los italianos. Aquí mis claves para este gran encuentro.
1) Una defensa de tres más uno
Un partido señalado. De esos días en que la exigencia defensiva será alta. Y como tal es casi seguro que Xavi repetirá la estructura estrenada ante el Alavés con Andreas Christensen en la posición de pivote. Con ello y, con un Oriol Romeu que ha quedado sólo como alternativa, el equipo gana un jugador muy posicional y seguro en el corte. Tan cierto es que, aún no se le ve plenamente cómodo, como que tiene varias de las condiciones futbolísticas necesarias para jugar ahí. Pero a este movimiento se le añade el cierre de tres recuperado ya hace varias semanas con Jules Koundé en el rol de lateral-central. Y eso revierte en una estructura de tres más uno que debería permitir al Barça a soportar mejor las transiciones del rival y, en consecuencia, a ser algo más sólidos defensivamente. Considerando lo visto en las últimas semanas, sería lo más lógico.
1 ) Presionar bien
Con dos días al cargo, pocos cambios tácticos podrá hacer Calzona. Eso sí, es probable que salga en 4-3-3 (el sistema favorito del nuevo entrenador). Para el inicio de juego desde campo propio, el Nápoles acostumbra a bajar mucho la altura de sus laterales para iniciar la jugada con cuatro opciones de pase limpias y difíciles de atajar. Así que, en primer lugar, Xavi tendrá que decidir qué hace el equipo y, en especial, los dos extremos. Lo mejor futbolísticamente hablando y lo que probablemente decidirá el técnico azulgrana será lanzar la presión arriba. Pero para ello, serán imprescindibles dos cosas: que el equipo de continuidad en la mejora de la presión que se vio en Vigo y que los extremos sean muy agresivos en el salto a presión. Para lo segundo, concentración para saber cuándo es el momento y determinación para recuperar. Si el Barça lo hace bien, podrá recuperar balones arriba o forzará a que los italianos jueguen en largo de manera precipitada generando seguramente un error no forzado. La mejor manera de someter al Nápoles cerca de su portería pasará por aquí.
3) Atacar la espalda de Lobotka
En el fútbol, hay que detectar las debilidades colectivas del oponente pero también las oportunidades individuales. En el caso del Nápoles, hay un aspecto que los azulgrana tienen que aprovechar: las espaldas de Lobotka para propiciar entradas al área. Será titular seguro y a los interiores azulgranas se les aparece una oportunidad.
4) Lewandowski, entre Rrahmani, Natan y Ostigard
Más allá de Lamine Yamal (el jugador más peligroso), al Barça le está costando hacer daño en los ataques posicionales. Pero es esta faceta, hay dos buenas noticias para esta previa. La primera es que el Nápoles no es un equipo muy sólido atrás. La segunda es sin duda la mejora de Robert Lewandowski. El nueve está más ágil y más clarividente con el balón. Lleva 4 goles en los últimos tres partidos y, otro dato muy positivo, es que cinco de sus últimos siete remates han ido a portería. Hoy será uno de los argumentos del equipo con el balón. Ahora mismo, está mejor que la pareja de centrales del Nápoles. Puede hacer daño por el eje.
5) Vigilar a Kvaratskhelia y a Osimhen
El jugador más peligroso y más desequilibrante es el georgiano Kvaratskhelia. Un futbolista rápido y súper creativo. Con una media de 2,8 regates superadores por partido, es el segundo mejor driblador de la Serie A así como también el segundo futbolista que más recibe en campo contrario del campeonato italiano. Un elemento muy desequilibrante y que el Barça tendrá que vigilar muy de cerca. Dado que juega como extremo izquierdo en el 4-3-3 del Nápoles, será una piedra de toque importante para el cara a cara con Koundé (sobre el papel). Por otro lado, es obligado hablar de su hombre gol, Victor Oshimen. Después de disputar la Copa de África con Nigeria y de tener minutos de descanso ante el Genoa, estará a pleno rendimiento. Se trata de un futbolista potente no exento de calidad y completo. Es igualmente peligroso tanto si dispone de espacios para correr como si está en el área. No duda en rematar y es rápido armando la pierna (3,3 chuts de media por encuentro). Además, tiene un juego aéreo notable (1,7 duelos aéreos ganados por partido de media). Y eso le da mucha dosis de gol. Es el máximo goleador del equipo en el campeonato doméstico con siete goles.