Un bálsamo después del enésimo susto. Un alivio necesario tras tantas dudas. Un calmante para un momento delicado que estuvo a punto de serlo más. El Barcelona, lejos de ser inmisericorde y sacudirse los fantasmas, tuvo dos caras en Salamanca. Sufrió en la primera mitad y sentenció en la segunda sin grandes alardes, tampoco en un campo de Primera RFEF. Hace cuatro años, el Madrid jugó en la Copa contra el Unionistas –aún no en el Reina Sofía, sino en las humildes pistas del Helmántico- y se presentó con Bale, Vinícius y Benzema. Entre el galés y Brahim solventaron la eliminatoria. El Barça no pasó este jueves por João Félix, titular, ni Lewandowski, que entró al rescate, ni Vitor Roque, que jugó los últimos diez minutos. Los que mantienen a los de Xavi en la Copa fueron dos defensas, Koundé y Balde, ambos muy criticados este curso, que en la segunda parte impusieron la lógica. Y le dieron de beber al Barcelona una tila para calmar los ánimos.
Porque no pintaba nada bien el arranque. Lo mejor para el Barcelona fue el resultado en el descanso. Porque Ferran Torres, casi en la última jugada, logró empatar en un contragolpe. De un córner en contra, el Barça sacó el 1-1.
Enésimo mal inicio
Los blaugrana vuelven a entrar mal al partido y lo mejor para ellos en el descanso era el 1-1 del marcador
Al Unionistas le traicionaron las ganas y ver de cerca, porque lo estuvieron, la posibilidad de complicarle todavía más el partido al campeón de Liga. Sin embargo, del posible 2-0 se pasó a las tablas.
La espalda de Balde fue una autopista para los locales, que justo después de adelantarse volvieron a llegar a la frontal pero Tur, forzado, apenas pudo apuntar. El Unionistas se percató del filón que tenía ahí y Rastrojo se plantó con potencia por la banda pero su disparo encontró respuesta, esta vez sí, de Iñaki Peña, que envió a córner.
Tras un córner en contra
Del posible 0-2 de Rastrojo se pasó a un contragolpe que significó el empate de Ferran Torresa
En ese ímpetu de los salmantinos les jugó una mala pasada porque cerraron fatal. El despeje le cayó a João Félix, que de espaldas pudo girarse y enviar un pase al espacio para la carrera de Ferran Torres, que tuvo un latifundio para correr, prepararse la pelota y cruzarla por abajo ante la salida de Iván Martínez.
La ambición del pequeño le costó cara ante el grande. Era la segunda vez que el discontinuo portugués aparecía en una primera parte en la que estuvo desconectado una vez más. Ese gol, celebrado por el valenciano con reivindicación, arregló el desaguisado de un juego frustrante.
Las estrellas no se manifiestan
El Barça no pasó ni por un João Félix desconectado pese a ser titular ni por Lewandowski, que jugó media hora
Los de Xavi atacaban lento, sobando el balón, sin ideas ni capacidad de sorprender. Y cuando querían acelerar estaban poco precisos. En la banda derecha, Ferran y Sergi Roberto no paraban de abrirse los brazos para pedirse mutuamente la pelota diferente a cómo la habían recibido del otro. En la mediapunta tampoco Fermín y João Félix se entendían. Y Marc Guiu, el chico de los goles, que se estrenaba como titular, esta vez no pudo materializar la gran ocasión que tuvo. Porque el juvenil la tuvo. Mayor de edad desde el 4 de enero, es de los que busca la suerte y la encuentra en el área, un cazagol oportunista. Huele el peligro, por eso se estiró en escorzo para rematar un centro lateral enroscado por João Félix desde la izquierda. Poco más se le vio al nueve.
Porque la primera mitad del Barça fue deficiente. Entró mal en el campo (no es nuevo, como en el último clásico) y Losada pudo marcar ya antes del primer minuto pero, delante de Iñaki Peña, chutó fregando el poste. Empeoró cuando Álvaro Gómez por la derecha sí que aprovechó la pasividad defensiva para enganchar una volea a un centro de Serrano desde la izquierda. Lo mejor para sus intereses fue el final, cuando empató quizás sin merecerlo.
Dos defensas al ataque
Koundé y Balde, muy criticados, se convierten en héroes inesperados de una clasificación sin alardes
En la segunda parte, en la que debutó Cubarsí, el Barcelona le vio las orejas al lobo y salió a intentar resolver sin necesidad de llegar a los penaltis, donde el Unionistas apeó al Villarreal. Y aún apretó más el acelerador cuando Xavi llamó a Lewandowski, Gündogan y Pedri, los tres pesos pesados que se había reservado.
Pero no fueron los delanteros ni las estrellas las que dieron la vuelta al marcador sino dos defensas, héroes inesperados. La desgracia del modesto quiso que mientras el Unionistas jugaba en inferioridad porque Losada estaba siendo atendido en la banda por sangrar tras un choque con Iñaki Peña, Koundé se sacó un latigazo. Nadie tapaba al central que no se lo pensó y marcó con un buen mísil desde fuera del área.
Sin tiempo para reaccionar, la ilusión del Unionistas quedó echa añicos cuando Balde se coló hasta donde quiso y se sacó de la manga un zurdazo imparable. Un Barcelona especialista en complicarse sí que estará en el bombo mientras el Unionistas se ganó el aplauso y el reconocimiento de su gente. Ellos no están bajo sospecha.
Ficha técnica
Unionistas, 1 - Barcelona, 3
Unionistas: Iván Martínez, Erik Ruiz, Ramiro, C. Giménez, Ekaitz Jiménez (Jon Rojo 60, Álvaro Gómez, Tur, Adri Gómez (Nespral 60), Serrano (Villar 46), Rastrojo (Slavy 60) y Losada (Teijeira 90)
Entrenador: Dani Ponz
Barcelona: Iñaki Peña, Sergi Roberto, Koundé, Christensen (Cubarsí 46), Balde, Oriol Romeu, De Jong, Fermín (Pedri 61), Ferran Torres (Vitor Roque 82), João Félix (Gündogan 61) y Marc Guiu (Lewandowski 61)
Entrenador: Xavi Hernández
Estadio: Reina Sofía (6.246 espectadores)
Árbitro: Hernández Maeso (c. extremeño)
Tarjetas: Amarillas para Ekaitz Jiménez, Guiu, Cubarsí y Carlos Giménez
Goles: 1-0 Álvaro Gómez (31), 1-1 Ferran Torres (45), 1-2 Koundé (69), 1-3 Balde (73).