Deco se mueve por Oporto como si fuera su casa. De hecho, es una de sus casas futbolísticas, quizás la más importante de su carrera. Llega al hotel de concentración barcelonista en la ciudad, situado a dos calles del estadio Do Bessa, el campo del Boavista, con una sonrisa en la boca. Como director deportivo blaugrana viene de un verano de desembarco pero en su ocupación anterior, al frente de una empresa de representación de futbolistas, tampoco le faltaban quehaceres, con una quincena de personas a su cargo moviéndose por el mundo.
El fútbol le ha llevado de vuelta a Barcelona, donde conquistó títulos, incluida una Champions, y la Liga de Campeones le ha devuelto a Oporto, donde aterrizó el lunes por la noche. Con el principal club de la ciudad portuguesa se hizo un nombre, levantó su primera Champions, también se coronó en la Europa League y puso en su vitrina hasta diez trofeos. Era un Oporto triunfador, con José Mourinho de entrenador.
Deco estuvo como futbolista en el Oporto siete años, incluso coincidió medio ejercicio como jugador con el hoy entrenador del equipo, Sergio Conceiçao. Su relación con el club, con la afición y con la ciudad de los dragones es excelente. En la Finca dos Lemos, cerca del centro de Oporto, celebró una de sus bodas, y tuvo como padrino al sempiterno presidente de la entidad, Jorge Nuno Pinto da Costa, y como testigos al entonces seleccionador de Portugal, el brasileño Luiz Felipe Scolari, y a Sergio Alves, un colaborador del representante Jorge Mendes.
Vitrina llena
Jugó siete años en el equipo portugués, donde levantó diez títulos
Soñó siempre jugar en el Barça, tal y como confesó nuevamente hace unas semanas cuando fue presentado como director deportivo azulgrana, pero el club que más amó fue el Oporto. Así lo declaró antes de retirarse como futbolista. Para colgar las botas también escogió el estadio Do Dragão.
Lo hizo con un partido de homenaje que enfrentó a futbolistas de su época en el Oporto (Vítor Baia, Jorge Costa, Maniche, Costinha o Benny McCarthy, mientras en el banquillo aguardaban Ricardo Carvalho, Ricardo Costa, Andrade y Sérgio Conceiçao) .contra jugadores de su etapa en el Barça (Belleti, Van Bommel, Giuly, Gudjohnsen, Eto'o o Messi). Deco disputó una parte con cada equipo y se agotaron las localidades. Actualmente en el estadio Do Dragão su huella está bien presente. En las portadas que adornan la sala de trabajo de la prensa y en los pasillos que llevan al césped, como en una foto de tamaño gigante.
Arraigado
En Oporto celebró una de sus bodas, con el presidente del Oporto como padrino
Pasó en 2004, tras la Eurocopa portuguesa, del Oporto al Barcelona por 12 millones más la incorporación de Ricardo Quaresma, que no cuajó en el Camp Nou, pero nunca dejó de tener parte de su corazón en el club de los dragones. Por eso para Deco volver a Oporto es como hacerlo a casa.