Abran las vitrinas, quítenle el polvo, frieguen bien los cristales, sáquenle brillo a los trofeos más lejanos y hagan hueco. Preparen el espacio, busquen un lugar destacado para exhibir y lucir la Supercopa de Riad. Es la primera copa del ciclo de Xavi, es la que pone fin a veinte meses de sequía. La levantó Busquets, más de 600 días después de que Messi recogiese el anterior. Y el Barcelona la logró contra el Madrid al que arrolló de principio a fin. Es la Supercopa pero la imagen y el hambre del equipo anticipan buenos tiempos para el club tocado recientemente en su autoestima en Europa y también en España. Por la voracidad, juventud y sobre todo el estilo de Gavi, Pedri y Baldé, apuntalado por la seguridad de Koundé y Araújo y culminado por la puntería de Lewandowski. Todo ese vigor pasó por encima de un Madrid cansado y anquilosado. El Barça, que recupera la grandeza y un estilo para reverdecer laureles, ya puede volver a tutearlo.
El crédito del técnico egarense sube como la espuma en Can Barça, que, aunque la cúpula insistiese en que no había dudas, necesitaba un título que refrendase su nombramiento. De domingo a domingo, el novato se ha impuesto y ha derrotado a dos entrenadores como Simeone y a Ancelotti, que no perdía una final a partido único desde 2010.
El nuevo poder
La juventud y el estilo de Gavi, Pedri y Balde anticipa buenos tiempos tras golear ante un anquilosado Madrid
Xavi parecía un poco impaciente en la previa. Se pensó que era por las ganas que tenía de jugar su primera final y de levantar un título. Pero viendo la final el técnico quería que llegase ya la hora porque la tenía muy bien preparado y sabía que había dado en el clavo.
A primera vista, el once era el esperado, con los cuatro centrocampistas. Eso creyó Ancelotti, que también utilizaba a Valverde por la derecha en vez de Rodrygo para igualar numéricamente. La sorpresa no fue de nombres sino de distribución. Pedri no era falso extremo sino que jugaba por dentro y el que entraba por la banda izquierda era Gavi, más afilado, incisivo y vertical.
El crédito de Xavi
El egarense sorprendió a Ancelotti, que no perdía una final a partido único desde 2010, una semana después de superar a Simeone
Ahí estuvo la clave. El andaluz, con sus diagonales, se coló y perforó una y otra vez la defensa del Madrid. Mientras Araújo controlaba a Vinícius con el cuerpo y alma y Mendy le ganaba sus duelos a Dembélé en el otro bando, Gavi era indetectable.
El interior del Barça estaba en todos los ataques de los blaugrana, que rozaron el gol en un remate de cabeza de Lewandowski, que peinó con intención, y con un derechazo seco desde la frontal del polaco que Courtois envió al poste. Los dos pases ueron de Gavi.
El Madrid solo amenazó con un buen cabezazo de Benzema. El remate, bombeado y a contrapié, salió fregando la madera. El aguijonazo de los blancos no logró que al Barcelona dudase, siempre calculando y protegiendo la pelota con Busquets bien rodeado.
El estreno del capitán
Veinte meses después del anterior, Busquets levantó el trofeo que inicia el nuevo ciclo
El capitán se atrevió en una presión muy alta y se lanzó al suelo para robarle la pelota a Camavinga. Enseguida, el balón llegó a Pedri de cara, que filtró para Lewandowski. El polaco, casi de memoria, buscó a su espalda donde se desmarcó Gavi. Solo ante Courtois, no se puso nervioso y con delicadeza le cruzó el disparo para marcar y besar el escudo.
El Barcelona, quizás por ser una final o por ser un clásico, no cometió el error de relajarse como viene siendo costumbre en este 2023. No se apagó sino que siguió encendido por la llama de Gavi y la clarividencia de Busquets, que jugaba su clásico 45 y su vigésimo encuentro de Supercopa, y la puntilla de Lewandowski. Los tres, con el toque maestro de De Jong, intervinieron en el 0-2. El neerlandés se estiró para lanzar en profundidad a Gavi, que asistió sin importarle la presencia de Rüdigar, para que el pichichi del Barça fusilase a Courtois. El polaco, con 20 dianas, ya le había marcado al Madrid con el Borussia y el Bayern. Ahora también hurgó en la herida de blaugrana justo antes del descanso.
La apuesta del nueve
Lewandowski, que ya suma 20 dianas, intervino en los tres goles mientras Benzema maquilló el resultado
El marcador hubiera sido definitivo contra cualquiera pero del Madrid siempre se puede esperar la heroica. Para intentarlo recurrió a Rodrygo pero la suerte blanca fue que Courtois evitó dos veces el tercero del Barça. Primero con el pie dejó sin gol a Dembélé, asistido por un eléctrico Balde. Después envió a córner un tiro sin ángulo de Lewandowski.
Pero el Barça, personificado en el voraz Gavi, no tenía suficiente. Como un poseso le robó la pelota a Carvajal y todos los blaugrana aceleraron hacia la portería. Lewandowski se la devolvió y el andaluz le regaló la diana a Pedri, a bocajarro. Todo el banquillo saltó a celebrar con el canario.
El Madrid se rindió. Retiró a Modric y minutos después del 3-0 a Kroos. Entraron Ceballos y Nacho con la intención de que el escarnio no fuese en aumento. Y cuando todos en el King Fahd, en el césped y la grada, cantaban la victoria del Barcelona, Benzema maquilló lo que fue una final intachable para los blaugrana.
Ficha técnica
Real Madrid, 1 - Barcelona, 3
Real Madrid: Courtois, Carvajal (Nacho 72), Militao, Rüdiger, Mendy, Kroos (Asensio 72), Modric (Ceballos 65), Valverde, Camavinga (Rodrygo 46), Benzema y Vinicius.
Barcelona: Ter Stegen, Araújo (Eric Garcia 86), Koundé, Christensen, Balde, Busquets, De Jong (Kessie 86), Gavi (Ansu Fati 89), Pedri (Sergi Roberto 89); Dembélé (Raphinha 78) y Lewandowski.
Goles: 0-1, m. 34: Gavi. 0-2, m. 45: Lewandowski . 0-3, m. 69: Pedri. 1-3, m. 93+: Benzema.
Árbitro: Ricardo De Burgos Bengoechea (Comité Vasco) amonestó a Ferland Mendy (m.31) por parte del Real Madrid y a Andreas Christensen (m.48) y Ronald Araujo (m.68) en el Barcelona.
Incidencias: segunda semifinal de la Supercopa de España disputada en el estadio Rey Fahd ante 57.340 espectadores. Hubo aglomeraciones en las escaleras de acceso a las gradas por la gente que accedió al recinto sin entrada