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Las incógnitas sobre el futuro de Messi

Termina contrato en junio

Tras su marcha fallida en verano, el crack queda libre para negociar en enero

Leo Messi ha marcado cuatro goles en lo que llevamos de curso, todos de penalti.

Andreu Dalmau / EFE

Leo Messi venía avisando desde hacía meses con frases lapidarias como el “hoy por hoy no nos alcanza para ganar la Champions”. El seísmo llegó el 25 de agosto, cuando el burofax reclamando su libertad para salir del Barcelona gratis hizo tambalear los cimientos del Camp Nou. La resistencia del presidente Bartomeu acogiéndose a una cláusula contractual caducada gracias a la pandemia y la respuesta final del argentino, incapaz de denunciar al club de su vida, consiguieron que su adiós se retrasara al menos un año.

El contrato del ‘10’ finaliza al terminar la presente temporada y a partir de enero, Messi podrá negociar libremente con cualquier otro club si no cambia de opinión. Su decisión podría variar en función de cómo se sienta, de la química que genere el futuro presidente y del proyecto que pueda ofrecer una entidad económicamente mermada por los efectos de la Covid-19.

Temporada 2020-21

El curso no ha empezado del todo bien para Messi, cuyo idilio con el gol se ha visto minimizado

El curso no ha empezado del todo bien para Messi, cuyo idilio con el gol se ha visto minimizado. El 10 ha pasado de transformar en diana casi cada acción de peligro que pasaba por sus botas a limitar su aportación numérica para el equipo a los lanzamientos desde los 11 metros. Cuatro goles suma este curso en nueve partidos, los cuatro de penalti.

El último lo anotó en Europa contra un aparentemente frágil Dinamo de Kiev que debía servir de bálsamo para curar la mala racha del Barça en la Liga. Sin embargo, a pesar de la victoria, las sensaciones no fueron buenas. Así lo escenificó el propio argentino, que abandonó el terreno de juego más serio que nunca sin cruzar palabra con Koeman, costumbre que parecía arraigada y consolidada. La relación con el técnico holandés es buena. Koeman aplaude casi a diario la implicación del ‘10’ y hay serias dudas sobre el partido en que le concederá un descanso, ya sea en la Liga o la Champions. A diferencia de Setién, Koeman no ve en Messi a alguien “complicado de llevar”.

Messi anotó de penalti contra el Dinamo de Kiev

Eric Alonso / Getty

En un Barça renovado de ilusión juvenil proyectada por jugadores como Ansu Fati, Pedri o Dest, el argentino trata de pasar página y olvidar a Luis Suárez . La relación con Griezmann también ha mejorado, aunque el discreto momento que vive el francés en el terreno de juego no beneficia a nadie.

Messi y Griezmann contra el Dinamo de Kiev

ALBERT GEA / Reuters

El proyecto renovador de Koeman es una realidad y parece cuestión de tiempo que todas las partes se entiendan y que las ocasiones terminen materializándose en goles en una temporada marcada por la pandemia, estadios sin público y por las elecciones, cuya celebración apunta a finales de enero. La junta gestora no tiene capacidad para renovar el contrato de los futbolistas. Significa esto que el presidente elegido en las urnas deberá sentarse con un Messi que ya tendrá vía libre para negociar con cualquier otra entidad si desea marcharse.

Enero, mes clave

El presidente elegido deberá sentarse con Messi, que ya tendrá vía libre para conversar con otro club

En una guerra contra los clubs más ricos del mundo, la importancia del nuevo proyecto y la química que exista con el futuro mandatario serán las grandes armas del nuevo presidente para sellar la continuidad de Messi. En la carrera electoral, pendiente de oficializar su prácticamente segura participación, emerge el nombre de Joan Laporta. El expresidente del Barça cuenta con el aval de haber dirigido al Barcelona en una de sus épocas más brillantes. Su buena relación con Messi y su familia es un hecho.

Entre los precandidatos confirmados, destaca la figura de Víctor Font, que cuenta con Xavi Hernández como piedra angular de su proyecto en la parcela deportiva. A nadie se le escapa que la figura del exblaugrana podría ser una arma para convencer a Messi.Otro de los precandidatos que ya ha compartido tiempo y espacio en el club con el argentino es Toni Freixa, que también mantiene una buena relación con su familia.

Mesa negociación salarial

Persisten las diferencias y club y jugadores se dieron ayer una semana más para seguir negociando

Fue en verano de 2017 (el mismo que presenció la salida de Neymar) cuando Messi selló su última renovación con el Barça. La suya es la ficha más alta de la plantilla, objetivo clave en la negociación para adecuar de forma transitoria los sueldos a la nueva realidad económica del club, que necesita recortar 191 millones de euros de masa salarial. Si Messi decide no renovar pero acepta la adecuación salarial, el sueldo lo deberá cobrar cuando ya no este en el Barça. Con este escenario, ambas partes siguen manteniendo posiciones muy alejadas y sin un plan todavía consensuado.

El mismo guión sirve para el resto de jugadores representados en la mesa de negociación. Por ello, todas las partes acordaron ayer darse de tiempo hasta el miércoles para seguir negociando.