La carrera de eliminación de este Tour 2022 arrancó con una contrarreloj con lluvia. Un cóctel peligroso. El Tour se prepara durante meses y se puede perder en décimas de segundo, las que necesitó Alejandro Valverde en 2017, en Dusseldorf, para estamparse contra una valla en una primera etapa muy similar a la de ayer, entonces sobre 14km y también pasada por agua. Ese mismo día se fue para casa Ion Izagirre, entonces jefe de filas del Bahrain. Y Valverde abandonó el Tour en ambulancia. Fractura de rótula.
La lluvia obligó al público de Copenhague a aguzar el ingenio en el arranque del Tour 2022
Una contrarreloj de inicio de Tour supone tres horas de actividad. Ayer, de cuatro a siete de la tarde. Los equipos estudiaron al milímetro su estrategia, calcularon las posibles ráfagas de viento y decidieron que era mejor colocar a los jefes de filas en la primera hora, dando por hecho que las condiciones serían peores en la parte final. Resultado: les cayó un chaparrón, y entonces, sobre la necesidad de marcar terreno, se impuso la cautela.
Dusseldorf 2017
En el último arranque con lluvia y contrarreloj Valverde acabó en la ambulancia
Sólo faltó como aviso general que el suizo Stefan Bissegger, uno de los primeros especialistas que tomó la salida, resbalara dos veces para que más de uno entendiera que se trataba sobre todo de no salir en ambulancia. Incluso así, con prudencia y cálculo del riesgo, los buenos siguen siendo los mejores. Basta repasar la clasificación de la etapa.
Ayer, total, sólo eran 13,2km. Quedan tres mil largos por delante, casi como ir de Barcelona a Moscú por carretera, cuando apenas hemos llegado a Montgat. Para qué arriesgarse a un accidente, ¿no?