El velocista francés Arnaud Démare, el emperador del esprint del Giro de Italia 2020, volvió a imponer su ley en la llegada a Rimini, punto final de la undécima etapa. En la costa adriática se repitió la misma historia de otros finales similares, esta vez con una superioridad absoluta del corredor del Groupama-Fdj, que realizó una exhibición de potencia para imponerse por delante del eslovaco Peter Sagan (Bora), que regresa a su tradicional segunda plaza de los últimos tiempos, y el colombiano Álvaro Hodeg (Deceuninck), tercero. Sin cambios en la general, que sigue controlada por el portugués João Almeida, con Pello Bilbao en la tercera posición a 43 segundos.
La cuarta victoria de etapa de Démare en este Giro puso la guinda a una etapa tranquila, de Porto Sant’Elpidio a Rimini sobre 182 kilómetros, que no se apartó lo más mínimo del guión preestablecido para estos casos. Una escapada que nunca ganó distancia peligrosa, un control del pelotón, un impulso final de los equipos interesados en la llegada al esprint y la victoria del llegador más en forma. Ningún suspense en el Giro.
La fuga del día la formaron cinco corredores. Cuatro italianos (Mazzucco y Romano del Bardiani, Bais del Androni y Frapporti del Vini Zabù) acompañados de un belga del Lotto, Armée. Cinco ciclistas de perfil bajo que no preocupaban a las estrellas del pelotón y que se limitaron a defender su suerte y lucir el maillot de sus patrocinadores. En la parte final los más insistentes fueron Bais y Armée y finalmente éste último, que aguantó en solitario hasta el kilómetro -6. A partir de ahí entró en acción el juego del esprint, sin que el trabajo del UAE Emirates, por Gaviria, o el Deceuninck pudieran torcer el curso de los acontecimientos, destinados a la nueva victoria de Démare.
El único incidente destacable del día llegó en los kilómetros finales, en una rotonda, donde una moto del Giro se vio encerrada por el paso de los ciclistas y en lugar de detenerse y dejar pasar a los corredores quiso seguir adelante, con el resultado de que tocó ligeramente la bicicleta del italiano Elia Viviani, que acabó en el suelo, lo que provocó la indignación de sus compañeros del Cofidis. El alemán Marco Mathis le pegó un empujón a la moto y el piloto no pudo mantener el equilibrio y también acabó en tierra.