No todo es culpa de uno

 La crisis del Barça de baloncesto

No todo es culpa de uno
Periodista

Como un barco a la deriva, el Barça sigue navegando por su temporada a base de bandazos. A veces, logra subirse a la buena ola y amaga con llegar a buen puerto. Muchas otras, queda engullido por el agua, que entra en el casco y lo hunde un poco más, amenazando con un Titanic baloncestístico.

LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 12/01/2025.- El entrenador del Barça, Joan Peñarroya y su jugador Jarbari Parker, en un momento del encuentro contra el Dreamland Gran Canaria, perteneciente a la décimo sexta jornada de la Liga Endesa, que ambos equipos han jugado este domingo en el Gran Canaria Arena. EFE/Ángel Medina G.

Joan Peñarroya y Jabari Parker

Angel Medina G. / EFE

Ante el Manresa esa amenaza se acercó más a la realidad que nunca. El Palau, harto de su irregularidad, la tomó con su equipo, cosa harto extraña en una afición que siempre ha sido fiel. Incluso los Dracs, los mismos con los que consultó el club el posible fichaje de Heurtel, abandonaron la grada antes de tiempo en señal de protesta. A su vez, superada por la inacción de los responsables –principalmente Josep Cubells y Juan Carlos Navarro–, la afición no pasó por alto al palco y le dedicó una pañolada también poco habitual en el pabellón azulgrana.

Peñarroya se juega el puesto mañana ante el Maccabi pero el Palau mira más arriba

Cubells es un hombre cercano al presidente y Navarro tiene un contrato cuya rescisión el club no puede asumir. Así que como ha sucedido siempre en el deporte profesional, el eslabón más débil es el primero que se romperá. En este caso, tiene por nombre Joan Peñarroya.

Este lunes ha sido un día intenso en el Palau, donde sehan multiplicado las reuniones. Todos tienen claro que la vergüenza sufrida ante el Manresa no se puede repetir. Si este miércoles no se gana al Maccabi en la Euroliga, habrá novedades. El técnico, uno de los responsables de la situación pero ni de lejos el único, se juega el puesto y no se esperaría ni a la Copa del Rey. Eso sí, Svetislav Pesic, un habitual del Palau, situado entre los candidatos a sustituirle en muchos ámbitos, no está en las quinielas que a día de hoy se manejan en el club.

El hartazgo que evidenció la afición azulgrana tiene mucho que ver con la inmovilidad que detectan en el club. El Barça ha tenido buenos tramos de temporada pero en líneas generales no ha transmitido buenas sensaciones. Y, cuando las derrotas han empezado a formar parte del día a día, no ha habido ninguna explicación convincente. Nadie acierta a saber qué pasa. El club no se cierra las puertas a posibles refuerzos, especialmente cuando los descartes de la NBA entren en el mercado de aquí a unas semanas. Pero la situación económica de la entidad y las preocupaciones de Laporta (léase obras Spotify Camp Nou, inscripciones Dani Olmo y Pau Víctor, etc...) no se alinean precisamente con los intereses del Palau, donde admiten que no sienten todo el abrigo que esperaban (y necesitan).

En la pista, los jugadores tampoco se libraron de la censura de su afición después de dar una imagen pésima ante el Manresa. A pesar de lo delicado de la situación, el ambiente dentro del vestuario sigue siendo bueno pero se echa de menos la presencia de alguna figura de peso que genere más unión. Como en todas las plantillas hay grupitos, en este caso marcados por la nacionalidad, y ninguno tiene gran ascendencia sobre otro. Lo que sí tienen claro todos es que con un calendario que invita a la locura sus piernas necesitan refresco y con la configuración actual de la plantilla eso parece imposible.

Y el culpable de todo no es sólo uno. Hay que ampliar el plano.

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