Basketball Unites People, reza el cartel que ambos equipos sostienen en los instantes previos al inicio del choque, y 20.091 gargantas serbias vocean en las gradas. El vocerío resuena durante el partido, pero acaba enmudeciendo en el tramo final, desconcertado por un triple de Nigell Williams-Goss y la maravillosa actuación de Eddy Tavares, el gigante que mantiene vivos a los blancos en esta monumental serie de cuartos (80-82; la serie está 2-1 para el Partizan).
Arde el Stark Arena de Belgrado, cuya parroquia ha decidido llevarse la eliminatoria como sea.
Nadie olvida los pasajes del último cruce en Madrid, aquella batalla campal que se había registrado en el WiZink Center y que se había cobrado dos bajas blancas (Yabusele y Deck) y otras dos en el Partizan (Punter y Lessort), aparte del 2-0 en la serie para los serbios, y el público ruge y el Madrid se arruga.
La resistencia blanca
Arde el Stark Arena, listo a envolver a los blancos, pero Tavares se proyecta hasta los 26 puntos
Tanto se arrugan los blancos que suman cuatro pérdidas en la apertura del partido, y en un santiamén el marcador está 12-0 para el Partizan y el primer cuarto se cierra en 32-19, ¡el infierno para el Madrid!
A los blancos les toca remar a contracorriente, no hay silencio, no hay pausa en el Stark Arena.
Reman Tavares y Rudy Fernández, y entre los dos inician las maniobras de reanimación. Rudy Fernández dispara desde la distancia (firma dos triples) y Tavares, desde el poste bajo (suma catorce puntos en ese cuarto), y la distancia se recorta hasta un ilusionante 48-45 al descanso, hay vida.
Ruge aún más el pabellón, pero ahora no se encogen los blancos. Encuentran a Hezonja (cinco puntos de un tirón) y mantienen a Tavares en la pista, y en el Partizan pierden eficacia Nunnally, Exum y LeDay, y el Madrid se proyecta hacia una primera ventaja (53-54) y luego hacia el 58-63, y ahora es Obradovic, el legendario técnico serbio, quien se desgañita.
En un tiempo muerto, el cámara acerca el micrófono al banquillo serbio, y los gritos de Obradovic se elevan por encima del vocerío general. Obradovic reparte instrucciones y entre su palabrería en serbio se le entiende decir:
–¡Tavares, Tavares!
Y ahí se turnan Nunnally y Vukcevic para pararle los pies al gigantón blanco, pero no hay manera de detenerle.
Tavares suma y suma, y lleva su cuenta hasta los 26 puntos y los once rebotes, y en el tramo final hay cuatro jugadores serbios envolviéndole, y tanto se empecinan los locales que descuidan la puerta de atrás y por ahí se cuela Nigel Williams-Goss (22 puntos), autor de un triple decisivo a 24 segundos del final que desequilibra el marcador (77-80) y mantiene en pie a los blancos, al menos por otros dos días, el tiempo que tardarán en regresar al Stark Arena para disputar el cuarto partido de la serie.
Partizan, 80 - Real Madrid, 82
Ficha técnica
Partizan: Nunnally (13), Andjusic (6), Madar (12), Smailagic (15), Leday (15) -cinco inicial-, Exum (11), Avramovic (-), Koprivica (-), Papapetrou (4), Trifunovic (2), Vukcevic (2).
Real Madrid: Williams-Goss (22), Llull (-), Musa (9), Cornelie (-), Tavares (26) -cinco inicial-, Hezonja (12), Randolph (1), Sergio Rodríguez (3), Rudy Fernández (6), Hanga (3).