El Real Madrid se apuntó el primer triunfo (81-70) de la semifinal de la Liga Endesa ante el Valencia Basket en un partido al que ambos equipos llegaban mermados físicamente. Mientras en los taronjas el hándicap era la fatiga, con solo 42 horas de descanso desde su clasificación ante el Baskonia, en los blancos una enfermería saturada, con Laprovittola y Llull como últimas incorporaciones, amenazaba el buen rendimiento en cuartos ante el Gran Canaria.
En el WiZink Center las piernas pesadas de los pupilos de Ponsarnau se notaron más que las ausencias locales, suplidas incluso con el estreno del juvenil Juan Núñez. El Madrid salió con las ideas claras, basando su estrategia en una gran defensa y en su fortaleza en el rebote.
En el WiZink Center las piernas pesadas de los pupilos de Ponsarnau se notaron más que las ausencias locales
Tras un primer cuarto madridista con un gran acierto desde el perímetro (25-14), el Valencia apretó el marcador al descanso gracias a Dubljevic (44-38). Esta vez, a diferencia del anterior duelo, los blancos gozaron del acierto de Tavares, autor de 17 puntos y 11 rebotes.
El pívot contó con la colaboración estelar en el tercer cuarto de Garuba, amo y señor de la pintura con 12 rebotes y tres tapones, que sin embargo se retiró por un problema muscularen el último cuarto. Para entonces, los de Laso ya tenían una buena renta y Causeur (24 puntos), desde el triple, cerró un triunfo que les da la ocasión de pasar a la final mañana en la Fonteta.
Fabien Causeu, muy acertado en el último cuarto.
Por su parte, mañana abrirán la otra semifinal el Barça y el Lenovo Tenerife en el Palau Blaugrana. “Es muy difícil sacarles de su juego”, señaló sobre los tinerfeños ayer el técnico azulgrana, Sarunas Jasikevicius, que tras sufrir ante el Joventut advirtió a sus jugadores: “Cualquier equipo nos puede ganar”