Hubo rayos, truenos y centellas en la mansión de Mar-a-Lago (Florida) la noche del sábado. Donald Trump, y todo su despliegue de artimañas para llamar la atención del mundo, fue contraprogramado por la NBA.
De estar instalada la Cúpula de Hierro, que el presidente estadounidense anunció esta pasada semana para protegerse de los artefactos enemigos, se habrían producido fisuras con el bombazo que estalló al saberse el traspaso que lleva a Luka Doncic a los Lakers, mientras que Anthony Davis deja a los californianos y se enrola en los Mavericks de Dallas. Por lo visto, gran parte del asunto se debe a una cuestión de peso, de exceso de peso.
La noticia saltó casi a medianoche y provocó una honda sísmica enorme. En la operación están implicados varios jugadores que afectan a Lakers, Marvericks y los Jazz de Utah, con una participación colateral de los Clippers angelinos.
Parecía inimaginable, sobre todo porque los de Dallas habían vuelto a la buena senda, imitando el modelo que instauraron con el alemán Dirk Nowitzki, leyenda de los Mavericks tras jugar 21 años en este equipo y ganar un anillo.
En Dallas estaban hartos de la falta de rigor en la dieta y conducta de Doncic, pasto de lesiones
Otro europeo como el esloveno Doncic, forjado en el Madrid, llegó para rellenar esa ausencia. La pasada temporada estuvieron en la final frente a los Celtics de Boston. Doncic jugó los cinco partidos, pero las limitaciones de su estado físico le impidieron rendir a tope. Y ahí parece estar el verdadero núcleo de este pacto “monstruo” como se describe, tal vez el mayor que se ha producido en mucho tiempo, en décadas, incluso posiblemente en la historia del baloncesto profesional en EE.UU.
Dicen que el melón lo abrió la directiva de los texanos. “La defensa gana campeonatos”, sostuvo Nico Harrison, gerente jefe de los Mavericks. Por eso les interesó hacerse con los servicios de Davis, uno de los mejores pívots defensivos.
A los Lakers les motivó el trato en búsqueda de más puntos en el perímetro y, sin duda, alentados por el colorido que dará la pareja LeBron-Doncic.
Estos comentarios técnicos no esconden una realidad constatada en Dallas. Doncic era un jugador admirado, pero los memes en los que se le ve con barriga de embarazada se prodigan desde hace tiempo. En los Mavericks estaban hartos de la indisciplina de Doncic con su dieta y condiciones de vida, factores decisivos en sus continuas lesiones.