Renovarse o morir, el Dakar cambia de clásicos. En su 47.ª edición, sexta por Arabia Saudí, el rally más mítico y mediático que arranca este viernes con una etapa prólogo (29 km, Bisha-Bisha) no tendrá la participación de uno de sus iconos, Stéphane Peterhansel, monsieur Dakar –que ha preferido pasarse a la competencia, la Africa Eco Race–, ni el concurso del campeón en coches, Audi Sport –que ha dejado el off-road –.
Pero presenta un nuevo duelo de altísimo nivel para instaurar una época: el pulso a cuatro bandas entre el debutante Dacia, con trío estelar de pilotos (Nasser Al Attiyah, Sébastien Loeb y Cristina Gutiérrez), el poderoso proyecto de Ford con otro triángulo de lujo (Carlos Sainz, Nani Roma y Mattias Ekström), la sólida propuesta de Toyota (con Lucas Moraes y Seth Quintero), y el equipo Mini (con el actual subcampeón Guillaume De Mévius y Guerlain Chicherit).
Amenaza invisible
La 47.ª edición del rally arranca hoy con un brote de gripe en el vivac que ha tumbado a varios competidores
En definitiva, un cartel de coches renovado, pilotados por viejos enemigos, que eleva el atractivo de una carrera que la organización (ASO) promete más dura, con más dunas y más navegación, a lo largo de 5.115 km cronometrados repartidos en 13 jornadas, desde la prólogo de 29 km de Bisha y la 12.ª y última etapa de Shubaytah, el 17 de enero.
En este Dakar de máxima igualdad en la casilla de salida, el nombre propio es el de Carlos Sainz, que a sus 62 años defiende título y buscará ampliar su colección de tuaregs con el quinto, con la quinta marca diferente. Un hito sin precedentes. El madrileño, por quien no pasan los años en su forma física y en ambición, confía en el potencial del nuevo Ford Raptor T1+, a pesar de su juventud y de debutar en el Dakar (en el 2024, Ford corrió con el Ranger T1+).
“En el primer año de un proyecto, por muchos tests que hagas, siempre se paga que el coche no tenga los kilómetros y la experiencia que tienen otros. Pero confío en que haya más igualdad que nunca. Va a estar bastante igualado entre Toyota, Dacia, Mini y nosotros, y se plantea un Dakar muy entretenido”, pronostica Sainz, que aventura como clave para el éxito “la táctica y la estrategia de no abrir pista en la etapa de 48 horas. Además, este año habrá cinco especiales en las que no habrá motos delante [con recorridos diferentes]”.
En efecto, será un Dakar con una primera semana durísima, de eliminación, “como si fuese una segunda semana” –decía Al Attiyah–: el tercer día espera una etapa de dos días, la temida 48 horas Chrono (5 y 6 de enero), en la que los competidores deben recorrer 947 km, parando a las 17.00 horas para hacer noche en una de las seis zonas habilitadas en el desierto, sin asistencia ni comunicación; y dos días después (8 enero), la etapa maratón, sin asistencia mecánica al llegar a la meta.
“En esas etapas algo va a pasar, seguro. No tienes asistencia, no tienes a nadie, y por eso es tan importante ir pasando kilómetros sin problemas, y sobre todo llegar a la primera parte sin percances”, decía Sainz, que vuelve a tener al copiloto Lucas Cruz a su derecha.
Sus dos principales rivales por el tuareg son ahora compañeros, Al Attiyah y Loeb, a los mandos del Dacia Sandrider, debutante en el Dakar –aunque con la herencia mecánica de los Hunter–. A pesar de su juventud, el coche francés es un serio aspirante, ya que en octubre se estrenó en los rally-raids con doblete de Nasser y Séb en Marruecos.
El qatarí, que busca su sexto tuareg tras el abandono del año pasado, se mostraba confiado en su olfato, como vigente campeón del mundo de rally-raids, y en las posibilidades del Sandrider. “Vamos por buen camino y hemos dedicado mucho tiempo a las pruebas, así que contamos con todo lo necesario para ganar el Dakar, pero tendremos que ser inteligentes”, se recetaba Nasser.
Los Dacia y los Ford, con siete pilotazos, acaparan las miradas, pero los tapados pueden ser los Toyota Hilux oficiales, tanto por su fiabilidad probada de tantos años de experiencia como por sus éxitos (ha ganado tres de las últimas seis ediciones, todas con Al Attiyah). Los coches nipones desarrollados por Gazoo cuentan con dos de los jóvenes más talentosos, el brasileño Lucas Moraes (9.º en el 2024 y 3.º en el 2023), guiado por Armand Monleon, y el estadounidense Seth Quintero, además del incombustible De Villiers con el equipo sudafricano.
La participación española en las cuatro ruedas se completa con Isidre Esteve, Laia Sanz, Nandu Jubany; en categoría Challenger, Eduard Pons, el joven Pau Navarro, Joan Font y el veterano Xavi Foj; y en SSV (vehículos ligeros), destaca el infatigable Gerard Farrés.
El Dakar 2025, que arranca este viernes (a las 5.45 hora española, las motos; a las 8.55 h, los coches), lo hacía con un brote de gripe en el campamento, que ha afectado a varios competidores, entre ellos, Eduard Pons, el campeón del mundo de Bajas categoría Challenger.
Categoría de motos
Honda contra KTM y Hero
Después del largo binomio de rivalidad entre Marc Coma y Cyril Despres (2005-15, con cinco victorias para cada uno), el tuareg de motos no ha encontrado un dominador absolutista. El título se lo han repartido los últimos nueve años entre cinco pilotos, cuatro de ellos han repetido, Sam Sunderland, Toby Price, Kevin Benavides, y el vigente campeón, Ricky Brabec. Sin los cuñados Price-Sunderland (ahora en coches), el estadounidense es el favorito, al encabezar una potente estructura oficial de Honda con Pablo Quintanilla, Skyler Howes, Adrien Van Beveren y el valenciano Tosha Schareina, que tuvo que abandonar la pasada edición en la primera etapa por caída. Delante, KTM presenta una formación de lujo: los hermanos Kevin y Luciano Benavides, Daniel Sanders y el joven catalán Edgar Canet. El tercer equipo en discordia, Hero, apuesta por el campeón del mundo de raids Ross Branch, José Ignacio Cornejo y Sebastian Bühler.