Los ricos también son personas

El córner inglés

Es Rodrigo Hernández el mejor jugador del mundo? Y si no él, ¿quién? OK, Messi. Siempre Messi. Pongámoslo más fácil. ¿Quién debería ganar el Balón de Oro este año? Messi, ya no. Juega en una galaxia lejana en una liga infantil y los goles que marca valen la cuarta parte de lo que valían cuando jugaba en Europa con gente mayor.

El único rival serio de Rodri, dicen, es el brasileño Vinícius. Bueno, serio como persona, no. Rodri sí lo es. Conquistó un título en administración de empresas, pinta para líder sindicalista, tiene el porte de su homónimo el Cid y (¡aleluya!) no se ve en la necesidad de disfrazar sus inseguridades con tatuajes,

A favor de Vinícius para llevarse el premio es que ha sido víctima de insultos racistas. Algunos votarán por él como gesto solidario. Lo que también le ayuda es haber ganado la Champions este año con el Real Madrid. Fue el jugador madridista más vistoso la temporada pasada.

Pero vistoso no quiere decir grande. Es rápido, tiene regate y marca bastantes goles. Pero si se le compara con delanteros históricos que han jugado en su posición, no destaca tanto. Neymar es apreciablemente mejor que él. Lo fueron Ryan Giggs, George Best y Paco Gento. Y Ronaldinho: ni hablar.

Manchester City's Rodri reacts to an injury, during the English Premier League soccer match between Manchester City and Arsenal at the Etihad stadium in Manchester, England, Sunday, Sept. 22, 2024. (Martin Rickett/PA via AP)

Rodri se lesionó la rodilla el pasado 22 de septiembre durante el Manchester City-Arsenal

Martin Rickett / Ap-LaPresse

Rodri sí es grande. El mejor centrocampista del mundo, sin duda. Un general y un soldado raso a la vez, un genio de la inteligencia posicional, una presencia imperial en ataque y un trabajador sacrificado en defensa, es el líder imprescindible de la mejor selección de Europa, la española, y de discutiblemente el mejor equipo del mundo, el Manchester City.

Los de Pep Guardiola van a sufrir para mantener el nivel esta temporada. Rodri no volverá a jugar hasta la que viene. Se lesionó mal contra el Arsenal hace nueve días, el principal motivo por el que el City solo pudo empatar el partido, y por el que no ganó al Newcastle United el domingo. Como las estadísticas demuestran de manera extraordinariamente elocuente, sin el papá Rodri en el campo sus compañeros se sienten huérfanos.

Rodri es sin duda el mejor centrocampista del mundo y debería ser el ganador del próximo Balón de Oro

Desde el debut de Rodri en el 2019, el City ha perdido solo el 11 por ciento de sus partidos cuando él ha jugado comparado con el 24 por ciento cuando no. Ordena el equipo, poco falla en el pase, siempre está donde tiene que estar. Es un Sergio Busquets que marca goles. Con él, el City es un reloj suizo. Sin él, va más lento, se retrasa. Lo mismo diremos de la selección.

Lástima para los amantes del fútbol, aquellos capaces de suspender la pasión tribal y admirar el juego de los rivales, que no veremos a Rodri por tanto tiempo. ­Propongo que nos declaremos en huelga. Nos harán más caso a los fans, los que ­pagamos, que a los que reciben nuestro ­dinero.

Me explico. La ironía de la lesión de Rodri es que justo unos días antes de sufrirla había dicho en una rueda de prensa que el exceso de partidos que la FIFA y la UEFA imponen año tras año amenazaba con dañar la salud de los jugadores. Por tanto, él amenazó, como si perteneciera a Comisiones Obreras, con que irían a la huelga.

Lo entiendo. Es verdad que se les paga fortunas por ganarse la vida con lo que más disfrutan. Pero los ricos también son personas. Su dinero no les protege de las vicisitudes que afligen a los pobres. Jugar dos partidos de competición máxima por semana desgasta el cuerpo y la mente. Es mucha presión para un ser humano.

Como consecuencia, demasiados jugadores o se quedan fuera de combate o aflojan la tensión competitiva, lo que, como señaló Rodri, no es bueno ni para ellos ni para los fans.

No sé ustedes, pero yo no aplaudo cada vez que me entero de que se ha expandido el formato de la Champions, o del campeonato mundial de clubs, o del propio Mundial, o que se ha creado una nueva competición (la Liga de Naciones, por el amor de dios). Yo pienso, “Uff, ¡qué agobio!” Y reflexiono: qué manera de banalizar, por repetición ad nauseam, algo que tiene que ser especial.

Antes de lesionarse la rodilla de gravedad amenazó con ir a la huelga por el exceso de partidos

Lo mismo con esos nuevos premios individuales que han aparecido en los últimos años. Pienso en The Best, que carece de todo valor salvo para Cristiano Ronaldo. El Balón de Oro, en cambio, sí sigue siendo especial, pero si no se lo dan a Rodrigo Hernández en la ceremonia que se celebra el 28 de este mes, perderá prestigio también.

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