Hay cuestiones en el reglamento que son interpretativas. Pero existen otras que son de juzgado de guardia. Y no, no vamos a analizar aquí de inicio el probable penalti de Dejeune a Olmo solo entrar en acción el fichaje de Terrassa. Y no, no vamos a opinar aquí al principio del gol de Lewandowski anulado por una nadería de Koundé ante la que el señor del VAR avisó al señor colegiado para que, con mucho señorío, valga la ironía, invalidaran el tanto. No, lo que vamos a criticar en este momento es una cuestión que no admite discusión y que se antoja lamentable. Recta final de la primera mitad. Soto Grado, ante cuya designación el Barça suele torcer el morro, decreta cuatro minutos de tiempo añadido.
Pocos, para lo perdido en el sinfín de parones, en las supuestas lesiones y en la pausa de hidratación. Pero es que el primer minuto de este extra no se disputa por otra interrupción del juego. ¿Qué hace el colegiado? Señalar el final del primer acto a los 49 minutos y 13 segundos. Puede parecer una tontería, pero no lo es. Marca el tono del arbitraje el que las zonas grises suelan caer para el mismo lado. Como no expulsar a Pathe Ciss por su patada a Pedri, saldada con amarilla.
Como en Getafe, Granada y el Bernabéu, Soto Grado inclinó la balanza del mismo lado
Con Soto Grado acostumbra a darse casi todo en contra de los intereses del Barça. En el Bernabéu en el último clásico no validó el gol de Lamine Yamal cuando el balón pareció que entró en su totalidad. En Granada no dio un tanto de João Félix por fuera de juego posicional de Ferran Torres que habría proporcionado el triunfo al Barça. Y en Getafe no concedió un penalti cometido sobre Araújo por unas supuestas manos previas de Gavi.
Sí, nunca gusta hablar de los árbitros porque seguro que otros colegiados han favorecido en otros encuentros al Barcelona. Pero se trata de explicar los hechos, y estos indican que con este colegiado el Barcelona si quiere ganar el encuentro ha de hacerlo más de una vez. Como así sucedió en Vallecas.
A pesar de las lesiones, la última la de Bernal, el Barça de Flick impone su fuerza de voluntad
Tres de tres para el equipo de Hansi Flick, con dos remontadas a domicilio, en Mestalla y Vallecas en partidos de rompe y rasga y de cuerpo a cuerpo. Victorias que tienen mucho mérito teniendo en cuenta cómo se habían puesto los encuentros y la situación del propio club barcelonista, con lesiones (las últimas, las de Eric Garcia y Marc Bernal), salidas de jugadores para intentar cuadrar los números y dificultades para inscribir al fichaje, Dani Olmo. Su debut ante el Rayo resultó estelar por su determinación y su influencia inmediata en el encuentro. Camina con paso firme el equipo de Flick, que ha impuesto en las tres jornadas su fuerza de voluntad, un físico que resiste los envites y un fútbol con ideas claras cuando se trata de aplicar el tesón. Si a eso se le suma el añadido de superar un arbitraje perjudicial, vale doble.