Koeman merece un respeto

ANÁLISIS

Koeman merece un respeto

Todo aficionado al fútbol transporta en su interior un entrenador. Este axioma se eleva a la máxima potencia cuando este seguidor es además un periodista que se dedica a escribir sobre el deporte más popular del planeta. Bajo ese paraguas el crítico emplea el derecho que le da el disponer de una tribuna para dar su opinión y expresar sus filias y sus fobias. Cuántas veces habremos leído o escuchado (y quien esté libre de pecado que tire la primera piedra) que tal o cual entrenador no tiene ni idea, que no sabe manejar un vestuario, que la táctica es poco menos que física cuántica para él o que no es capaz de leer un encuentro como lo hacen cientos de miles de usuarios de las redes sociales. Vaya esta exposición para poner en valor el trabajo de un hombre que puede que no sea el técnico más ingenioso, ni el más clarividente ni, por supuesto, el más ganador, pero que merece un respeto mayor que el que se le dio dentro de la centrifugadora barcelonista.

Nos referimos al señor Ronald Koeman, a quien su condición de mito del club no le sirvió para mucho. Tuvo que coger un Barça en ruinas tras el 2-8 del Bayern, en una temporada sin público en las gradas por la pandemia y con el presidente Bartomeu dimitiendo. Lo de la crisis semanal que decía el desconcertado Gerardo Martino era un juego de niños al lado del fuego permanente sobre el que se vivió la etapa Koeman en el banquillo. Condujo al equipo a alzar una Copa del Rey, sí, todavía con Messi, y después vio como se marchaba el argentino, como se iba también Griezmann y como no había ni un duro para sustituirlos. Por el camino apostó por Pedri y por Gavi para ir regenerando al Barça y poner semillas de futuro.

Sin embargo, el presidente Laporta nunca confió en él, lo trató de una forma poco elegante y al final lo destituyó. El proceso fue lógico teniendo en cuenta la caída del equipo, pero las maneras en que se le despidió no se correspondieron con las que merecía, igual que ha sucedido en el caso de Xavi Hernández.

Pues bien, el señor Koeman, el criticado, el denostado y el ridiculizado, ha llevado a su selección, los Países Bajos, a las semifinales de la Eurocopa y lo ha hecho con un fútbol mucho más decente que el de Inglaterra y Francia, que reúnen a futbolistas de mucho mayor calado que el conjunto oranje . Lo ha hecho yendo de menos a más en el torneo y hasta mejorando a su equipo con los cambios ante Turquía. A estas alturas ya no creemos que Koeman vaya a ser un número 1 de los banquillos, pero seguro que sabe más que nosotros.

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