Un bonito día en Nueva York

Home Run

Un bonito día en Nueva York

Un bonito día en Nueva York. Cosa meteorológica más que constatable en las calles que los comentaristas de la cadena ABC repetían, desde la periferia del puente Verrazano al corazón verde de Central Park. Esto es, el trayecto del Maratón de Nueva York, la carrera de fondo tal vez más famosa del mundo.

Más de 52.000 participantes llegados de medio planeta, o más, tomaron la salida y trotaron por los cinco distritos de la Gran Manzana. La meca del maratón, le llaman. Londres, el segundo que más, se lo mira con envidia. Incluso un corredor inglés, que había corrido 22 maratones en su capital, afirmó este domingo, al acabar su primera cita en Nueva York, que no había nada igual. “Es lo mejor”, proclamó.

Más de dos millones de personas se alinearon por las aceras para animar. Muchos en Manhattan y escasos en el Bronx, donde acuden pocos turistas de los cientos de miles que vienen con esta excusa, y unos lugareños con asuntos más preocupantes que pegar gritos al zapatilleo de tanta humanidad.

Horizontal

El etíope Tamirat Tola 

ANGELA WEISS / AFP

Dada esa cifra de participantes, debe de ser también la práctica atlética más fotografiada desde dentro. Cualquier purista de la sacrosanta prueba del maratón, lo más del atletismo, debe de considerar una aberración observar a tantos y tantos participantes con el teléfono móvil en la mano, retratándose. Esto ya no es lo que era. Échale la culpa a las redes. Porque, por mucho que te den la medalla al traspasar la meta en Central Park, y salgas en la lista, junto al tiempo logrado en los 42,195 kilómetros (26,2 millas), no eres nadie si no está tu foto en tu cuenta de Instagram, por ejemplo.

Ante esta moda creciente de ir corriendo por la vida, The New York Times planteó una pregunta en la víspera de profundo calado: “¿Por qué correr el maratón si puedes ir conduciendo?”.

Por mucho que lo intentes, se respondió, jamás alcanzarás a los atletas de la élite, entre otras razones, porque salen antes. Pero reconoció que, eliminado el tráfico, “el paisaje es fantástico”.

La cuestión puede tener tantas respuestas como participantes. A este cronista le gustó la que le dieron los chefs Romain Fornell y Óscar Manresa, que un año más viajaron desde Barcelona.

Entre los dos suman varios restaurantes, por separado y compartidos, y 20 participaciones en el Maratón de Nueva York, contando la de este domingo: doce Fornell y ocho Manresa. Esta práctica les obliga a cuidarse. “El lunes ya podemos cenar”, bromea Óscar. Pero, sobre todo, les permite disfrutar de la amistad que les une. ¿Quién dijo que correr no lleva a ninguna parte?

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...