El hermano de la jugadora Jennifer Hermoso ha asegurado hoy ante el juez de la Audiencia Nacional Francisco de Jorge cómo desde el entorno del entonces presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales se les presionó para que la jugadora le apoyara tras el beso de la final del Mundial en Sidney.
El 'caso Rubiales' ha iniciado hoy una nueva fase con la declaración de varios testigos que se alargaran hasta el día 2 de octubre. Los primeros en declarar han sido el hermano de Hermoso y una amiga suya que estuvo con la jugadora en todo momento tras ganar la final del Mundial.
Ambos han sostenido ante el instructor que investiga a Rubiales por los delitos de agresión sexual y coacciones, que Rubiales y su entorno mantuvieron constantes presiones a Hermoso y su familia para que ésta quitara hierro al asunto y sostuviera que el beso que le dio durante la felicitación fue consentido.
Según fuentes jurídicas, el hermano y la amiga no solo han mantenido que la versión de hermoso en todo momento fue que ella no consintió ese beso además de relatar cómo intentaron que la jugadora no fuera a mayores con el asunto porque podía perjudicar a Rubiales.
Por parte de la defensa de Rubiales, el juez ha tomado declaración a unos peritos de parte que han analizado las imágenes del momento del beso y en el que han sostenido que éste sí preguntó a la jugadora si podía darle un beso. "¿Un piquito?", fue lo que supuestamente le dijo el presidente de la RFEF a la jugadora, algo que Hermoso ha desmentido tajantemente.
Entre las declaraciones que están pendientes hay la de varios directivos de la Federación (Albert Luque, Rubén Rivera, Miguel García Caba y Patricia Pérez) así como la de tres compañeras de la selección española de fútbol: Alexia Putellas, Irene Paredes y Misa Rodríguez.