El Getafe de Bordalás, una oda al mourinhismo

El Barça, desquiciado

El equipo azulón aglutina lo peor del antifútbol que sacó de quicio al Barça: dureza, provocaciones y pérdidas de tiempo; el juego se detuvo una hora

GETAFE, SPAIN - AUGUST 13: Jose Bordalas, Head Coach of Getafe CF, reacts during the LaLiga EA Sports match between Getafe CF and FC Barcelona at Coliseum Alfonso Perez on August 13, 2023 in Getafe, Spain. (Photo by Florencia Tan Jun/Getty Images)

José Bordalás protesta airadamente en la banda durante el Getafe-Barça del domingo por la noche 

Florencia Tan Jun / Getty

No hace falta ver un partido como el del domingo noche en el Coliseum Alfonso Pérez para saber qué cariz tuvo, quién se dedicó a jugar y quién a destruir. Basta con observar las estadísticas para hacerse una idea: de los 116 minutos que duró el Getafe-Barça (0-0), más de la mitad del tiempo el juego estuvo parado, 60,43 minutos (52%); es decir, una hora sin el balón en movimiento. Con la guinda del añadido final, en el que de los 15,25 minutos solo se jugaron 5,25. 

Un 48% de tiempo efectivo

De los 116 minutos que duró el partido, el Getafe logró que el balón estuviera parado 60,43; una hora sin jugar

Si a ello se añade la distribución de faltas (solo las señaladas), 20 del Getafe por 11 del Barça, más las cartulinas (8 amarillas al Getafe, 2 al Barça; y dos rojas a cada bando), y la posesión del balón (25%-75%), la radiografía es explícita de lo ocurrido.

Fue una reedición de los partidos broncos que ha tenido el Barça contra los equipos de Mourinho (Inter, Madrid) o de José Bordalás, fiel discípulo del estilo más repugnante del mourinhismo –las malas artes, las interrupciones, las faltas, el juego duro rozando la violencia, las provocaciones–. Resultado: el Barça no fue capaz de marcar un solo gol en 116 minutos de juego. Tampoco en las tres anteriores visitas al Coliseum (0-0, 0-0, 1-0). La última victoria en Getafe se remonta a septiembre del 2019 con Valverde (0-2).

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Gündogan se queja en el césped del codazo recibido de Damián, sin tarjeta 

JAVIER SORIANO / AFP

El antifútbol del Geta acabó imponiendo su propósito, con la connivencia de la permisividad arbitral de Soto Grado: frenó al que propone jugar, desquició al rival, le arrancó un punto, y le causó dos expulsiones, la de Raphinha –que se tomó la justicia por su antebrazo (a la cara de Gastón, que instantes antes le había golpeado el rostro)–, y la del entrenador, Xavi Hernández, que se calentó con el cuarto árbitro “protestándode de manera ostensible con los brazos en alto” –según recoge el acta–.

Ambos se enfrentan a varios partidos de sanción, y el técnico, además, a la apertura de un expediente disciplinario del Comité de Integridad de la RFEF por sus declaraciones contundentes contra el juego del Getafe, la actuación de Soto Grado, los criterios arbitrales y la propia Liga.

Críticas de Xavi

El técnico blaugrana cargó contra la permisividad del árbitro Soto Grado y los criterios arbitrales por la mano "inventada" de Gavi en el penalti a Araújo y por el tiempo añadido

La intervención cargada de intención del técnico de Terrassa al término del partido estaba más que justificada: su equipo sufrió un atropello, manifestado en la tolerancia del árbitro con las faltas del rival (“les ha permitido ese juego, los límites los pone él y ha permitido que nosotros perdamos la cabeza”), el penalti no pitado sobre Araújo por supuesta mano previa de Gavi (“se inventa la mano, no la hay por ninguna parte” –señaló, usando el término inventado , como Carlo Ancelotti el curso pasado ante el Girona, sin recibir sanción de Competición–), y la disparidad de criterios arbitrales, tanto con la mano (“dijeron que si no eran claras no las pitarían, y la han pitado; pasa todo al revés”) como con el tiempo añadido y el tiempo perdido durante el partido.

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Acción del posible penalti a Araújo en la que el árbitro señaló mano previa de Gavi 

Borja Sánchez-Trillo / EFE

Xavi explicó que antes de arrancar la temporada –el jueves pasado– los entrenadores tuvieron una reunión con el estamento arbitral. “Nos dijeron que iban a entender más a los entrenadores, que estamos en tensión, y no es lo que ha sucedido hoy”. 

En esa sesión informativa, repasaron las nuevas normas y les pidieron ayuda para evitar pérdidas de tiempo. ¿La razón? La Liga española es líder en perder tiempo en Europa (53 minutos y 36 segundos se jugó de media el curso pasado) y por ello hay un incremento de tiempo de descuento: 30 segundos por cambio, 1 minuto por asistencia médica, 1 minuto por gol, y las pérdidas de tiempo, que se repone a decisión del árbitro.

El tiempo añadido es otra vergüenza. Tiempo efectivo y se acaba con todo esto. Estamos haciendo el ridículo. Es normal que la gente no quiera ver fútbol, porque esto no ha sido un partido”

Xavi Hernández

Xavi Hernández se acordó de lo que les dijeron y cargó su fusil: “El tiempo añadido [25 minutos en total] es otra vergüenza. Tiempo efectivo y se acaba con todo esto. Estamos haciendo el ridículo. Es normal que la gente no quiera ver fútbol, porque esto no ha sido prácticamente un partido”, se quejaba el técnico de Terrassa, apuntando directamente a la Liga y Javier Tebas. “Si vendemos el producto Liga y lo que tenemos es esto, no es positivo para nadie”.

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Xavi Hernández, dando instrucciones en la banda del Coliseum 

Florencia Tan Jun / Getty

En ese capítulo, los blaugrana acabaron muy molestos; enfado que se sumaba al de la dureza del Getafe y la permisividad de Soto Grado con el antifútbol. “Los árbitros y LaLiga tienen que marcar una línea. No es culpa del Getafe, ellos compiten así. Es su manera. Nueve minutos de añadido al final [fueron 15,25] parece mucho pero han perdido como 25 o 30 en la segunda parte. Es una vergüenza”, se quejó Frenkie de Jong.

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