Victoria sin dogmas

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Victoria sin dogmas

De la Supercopa nos quedaba el recuerdo de la arenga del año pasado de Joan Laporta a los jugadores por el orgullo que sentía el presidente por cómo habían caído derrotados contra el Real Madrid. Nada que ver con lo visto un año después, donde un Barça igualmente luchador les dio un auténtico baño de fútbol a los de Ancelotti, ampliamente superado por el planteamiento de Xavi, que hizo valer la superioridad blaugrana en el centro del campo. El cuarteto Busquets, De Jong, Pedri y, sobre todo, Gavi, autor de un gol y de las asistencias en los dos restantes, lo bordó, superando en todos los terrenos al centro del campo madridista. Tanto Kroos como Modric, que tantas glorias le han dado al madridismo, parecen haber entrado en el declive de sus dilatada carreras, y sin recambios de garantías a la vista.

Fue esta una victoria sin dogmas, como lo demuestra que un sistema como el 4-3-3 que parecía intocable, en el que se ha desenvuelto esencialmente el Barça en los últimos cuarenta años, era sustituido por un 4-4-2 en el que los blaugrana mantuvieron el control del balón como seña de identidad, que junto a la recuperación de balones en el campo del Madrid permitió en tres contras plantarse en el área de Courtois con todas las ventajas para golear.

La Supercopa será totalmente insuficiente si no se gana también, como mínimo, la Liga

En esta ocasión, tal como sucedió en los últimos partidos tras el retorno del Mundial de Qatar, los blaugrana no se desvanecieron tras abrir el marcador y continuaron con el mismo plan de partido. Incisivos en ataque, dominadores en la zona ancha y sobrios en defensa, donde los marcajes con ayudas anularon totalmente a la pareja Benzema-Vinícius.

En el cansino debate al que se ve sometido el barcelonismo entre el cómo y el qué, Xavi priorizó la primera visión, alejándose del resultadismo en el que podía caer dada la necesidad que tenía de lograr su primer título como entrenador culé en el año largo que lleva sentado en el banquillo del Camp Nou. Una victoria que se puede ver como un punto de inflexión, pero que sería totalmente insuficiente si no se le suma la conquista como mínimo de la Liga, que tal como ha dicho Laporta es el gran objetivo en lo que resta de temporada. Pero que seguramente no existirá sin el baño de autoconfianza que representará para los blaugrana, junto a las dudas que puede generar entre los blancos.

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