Cucurella delata el extravío del Barça

Por la escuadra

Cucurella delata el extravío del Barça

El periodista Fabrizio Romano asegura en Twitter que el Manchester City enviará al Brighton una oferta por Marc Cucurella, 23 años, lateral izquierdo, ex jugador del Getafe y del Eibar, internacional en todas las categorías de la selección española, forjado desde los 14 años en la Masia y desechado en el primer equipo, donde no se le concedió la menor oportunidad. Con respecto a Fabrizio Romano conviene decir que es uno de los productos más afinados en los nuevos tiempos del periodismo, un influencer a escala mundial que se ha ganado fama de infalible en el proceloso territorio del mercado de fichajes.

Romano, 29 años, tiene 8,7 millones de seguidores en Twitter, 6,5 millones en Facebook, y 8 millones en Instagram. Es la versión europea del estadounidense Adrian Wojnarowski, el famoso caza­fichajes de ESPN. No hay nadie más cer­tero para anunciar un traspaso en la NBA que Wojnarowski. Lo mismo sucede con Fabrizio Romano en el fútbol. Cuando estampa su conocido “Here, I go” en las redes sociales es que el fichaje va a misa. Por ahora no ha dicho que Cucurella fichará por el City, pero su aviso indica que la operación ha comenzado.

Este futbolista infatigable no mereció una ojeada en el primer equipo del club que lo adiestró en la Masia

La ascensión de Romano ha sido tan meteórica como la de Cucurella, que no ha pasado inadvertida para nadie, excepto para el Barça. El club que lo adiestró tendrá que conformarse con las sucesivas migajas que dejará el rastro del jugador catalán en el mercado internacional. El Barça lo cedió al Eibar en 2018 y un año después al Getafe, que finalmente adquirió a Cucurella en 2020, por 11 millones de euros. El siguiente salto fue inmediato. El Getafe le traspasó el pasado septiembre al Brighton por 18 millones. Comienza a especularse con la cifra que ofrecerá el Manchester City, situada entre 40 y 50 millones de euros.

Cucurella ilustra la extraña deriva del Barça en la última década. No le vieron las posibilidades que otros equipos le han concedido, con una respuesta impecable del jugador. En muchos aspectos, Cucurella es el típico futbolista obligado a desmentir los prejuicios que pesan sobre él: no era lo suficientemente bueno para jugar en el Barça, su techo sólo le alcanzaba para estabilizarse en equipos como el Eibar, no disponía de los recursos defensivos para funcionar como lateral izquierdo, ni de los ofensivos para establecerse como extremo izquierdo.

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Cucurella juega en el Brighton y el Manchester City pujará por él

IMAGO/Jeremy Landey / EFE

La realidad se ha impuesto, o la ha impuesto un futbolista que ha destacado por donde ha ido, con todo tipo de sistemas, entrenadores y competiciones. Mendilibar le sacó chispas en el Eibar. Se hizo indispensable en el áspero Getafe de Bordalás y en ningún momento se ganó la etiqueta de jugador sucio. Al Brighton llegó con la liga iniciada y no tardó en convertirse en una bandera del equipo.

Este jugador intenso, rápido, el que más acciones de esfuerzos repetidos protagonizaba en la Liga española, infati­gable, astuto para tirar diagonales y llegar a posiciones de gol, con un look que vale oro –Cucurella es el sueño hecho fut­bolista de un dibujante de Los Simpson–, no ha merecido una ojeada en el primer equipo del Barça, donde sobran pocas cosas y especialmente laterales izquierdos.

El Barça permanece en la fase donde se temen como a un demonio los resfriados de Jordi Alba. Ni tiene sustituto, ni se ha comprometido su titularidad. Llegado el momento, el Barça prefirió vivir al borde del abismo en una posición crítica o fichar a jugadores poco probados como Junior Firpo –20 millones– antes que explorar las posibilidades de un jugador formado en la Masia y que ahora derriba puertas por donde pasa. Si hay un caso que explica los desvaríos del Barça y la perplejidad que provocan, es el de Marc Cucurella.

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