Se trata de un futbolista muy profesional, muy autoexigente. Me he encontrado pocos con esta autoexigencia. Es muy crítico con él mismo, y eso hace que mejore. Es muy humilde, muy trabajador. Está entendiendo lo que queremos que haga: cuándo hay superioridad, la línea de tres, dividir... Es uno de los jugadores que mejor fija y divide. Tiene potencial y, además, llega al área, tiene gol, capacidad de llegar desde la segunda línea, está entendiendo cuál es el hombre libre en el centro del campo, el que salta y el que queda libre, y eso no lo entendía. Es por eso que vemos un futbolista con una mejora importante”.
Esta es la parrafada que desplegó Xavi Hernández, el jueves, en la rueda de prensa después de la victoria contra el Nápoles, sobre el gran momento de forma de Frenkie de Jong. El domingo había hecho una cosa parecida, extendiéndose en elogios hacia Pedri: “Es un jugador superlativo, lo que hace, cómo se gira, el control del espacio-tiempo. Quizá es el mejor jugador en su posición actualmente, ya con diecinueve años”. A finales de octubre, cuando Xavi aceptó el reto de relevar a Ronald Koeman en la dirección del primer equipo, nadie dudaba de su devoción por Busquets. Y no pasa partido, desde entonces, sin demostrar la confianza que tiene hacia los jovencísimos a Gavi y Nico. Desde la llegada del egarense, el mediocampo del Barcelona vuelve a lucir de manera evidente y eso, en el Camp Nou, es sinónimo de buen juego y, confiamos, de resultados a medio plazo.
Desde la llegada de Xavi, el mediocampo del Barça vuelve a lucir y eso, en el Camp Nou, es sinónimo de buen juego
Siempre se ha dicho que los centrocampistas, por el hecho de que entran en contacto con el juego en todas sus fases, porque atacan y defienden, tienen más números para convertirse después en buenos entrenadores. Luis Enrique rindió a gran nivel en todas las líneas del campo. Guardiola, en cambio, en el Barça casi solo jugó en la posición de medio centro defensivo, en la clásica del 4. De hecho es con él y antes con Milla que la posición del 4 adquirió el carácter de rasgo distintivo del estilo Barça. Xavi Hernández, en cambio, pasó de jugar en esta posición durante su etapa formativa, y los primeros años en el primer equipo, a ocupar posiciones más adelantadas.
Primero, con Iñaki Sáez, en las categorías inferiores de la selección española, cuando jugaban con un 4-2-3-1, y él empezó a hacer de mediapunta. Después, con Frank Rijkaard, cuando empezó a hacer de interior derecho. De jugar siempre de cara, como todavía hace Busquets, tuvo que aprender a hacerlo también de espalda, y con mucho menos tiempo para decidir. Es en esta posición que se convirtió en el jugador decisivo que todos recordamos. Y debe ser por aquello que aprendió como jugador, en aquella memorable adaptación, que sabe cómo hacer brillar a los actuales centrocampistas del Barça.