Un gol feo, pues sí

Un gol feo, pues sí

El Barça juega torcido pero sigue latiendo. Es posible que esa descripción funcione igual para los cuatro aspirantes a ganar la Liga, pero tiene especial significado en las filas blaugrana porque era muy importante calibrar la respuesta del equipo de Koeman después de la desmoralizadora derrota contra el Granada. El barcelonismo, tribu que gusta de sobreactuar sus partidos perdidos, vio perdida anoche la Liga en València ante un equipo que buscó replicar lo hecho por los andaluces. Se aculó el conjunto de Javi Gracia y se dejó dominar sin ningún tipo de sonrojo esperando que el Barça, sin regateadores más allá de Messi (Dembélé es hoy suplente), tropezara cual equipo de balonmano. Se adelantó el Valencia con la colaboración del VAR (la obstrucción a Ter Stegen fue de manual) y todo entró en los cauces esperados en estos casos. Los de la fatalidad y las inercias negativas. El Valencia sería el Granada y el Barça diría adiós a la Liga. Estaba escrito así. Pero no sucedió.

La jugada clave estuvo en el gol del empate blaugrana. Esa acción describe a un equipo consciente de sus limitaciones, en busca de un gol tan feo como repleto de fe. Falló el penalti Messi pero no perdió de vista el balón, se lanzó Busquets a por el rechace como quien hace el último esfuerzo de toda una carrera, cazó el balón transmutado en Gatusso, siendo todo lo contrario que él, devolvió la vida a una jugada muerta, Pedri le puso el alma a su disparo pero tampoco así, y fue Messi, reparando su error, quien la enchufó a la red. La celebración, a falta de un juego admirable, fue la de los equipos orgullosos. Sobriedad y a por el segundo. Rápidamente. Y pasó. En la crónica de al lado tienen todos los detalles. Sufrirán, si es que no la han leído ya.

La reacción de Busquets, Pedri y Messi en el tanto del empate describe a un equipo en apuros pero vivo

El debate alrededor de la continuidad de Koeman queda aplazado. Es una discusión que un sector del barcelonismo se está haciendo encima y no está dispuesto a pasar por alto. Estaría bien que bajaran las armas temporalmente. ¿Acaso no recuerdan lo que le pedía el barcelonismo cuerdo a la temporada antes de empezarla? Competir dignamente, recuperar a Messi, tirar de la cantera, mirar al futuro con otros ojos... ¿Ganar un título? “Con esta banda, estás de broma”. Con la Copa en el saco, olvidada como si incomodara ya su recuerdo, el entrenador del primer equipo vuelve a ser cuestionado. Sufrir es pecado. Es una vulgaridad. Como si el Madrid y el Atlético no lo hicieran.

Una última reflexión. Es tan triste el fútbol en pandemia que hasta el odio echa de menos el futbolero. ¿Qué clase de estadio fantasmagórico es Mestalla sin su público? ¿Qué debe pensar un jugador del Barça en un campo que le desprecia, manejando el balón sin un insulto al que agarrarse? ¿Y un futbolista del Valencia? ¿Habría consentido la grada local un planteamiento tan conservador como el de Javi Gracia, con lo que es el paladar paellero? Qué ganas de espectadores tenemos ya. Qué sucedáneo estamos soportando desde hace más de un año. Y qué daño provocan las imágenes de la plaza de Las Ventas en Madrid con gente. ¿Por qué allí sí?

Frenkie de Jong of FC Barcelona and Uros Racic of Valencia CF during the La Liga Santander match between Valencia and FC Barcelona at Estadio de Mestalla on 2 May, 2021 in Valencia, Spain AFP7 02/05/2021 ONLY FOR USE IN SPAIN

De Jong volvió a ser un elemento decisivo en la victoria blaugrana

EP
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...