Terminó el 2020 líder y como favorito indiscutible para ser campeón, pero nueve partidos después el Espanyol es ya tercero en la Liga Smartbank, con una media de puntos en este 2021 más propia de un equipo que pelea por evitar el descenso que de uno que quiere volver a la élite del fútbol español. Es por ello que los de Vicente Moreno se exigen una reacción inmediata hoy frente al Mirandés en Anduva (21.00 h). No caben excusas en un equipo diseñado para subir, que si no empieza a sumar de tres en tres cuanto antes verá como el tren del ascenso directo se aleja un poco más.
El cambio de año sentó muy mal al equipo perico, cuyos males nacen de la pérdida de contundencia en las áreas, tanto la propia como la rival. Ahora marca medio gol menos por partido, de 1,6 a 1,1, y encaja el doble, de 0,5 a 1 tanto por encuentro. Lejos queda el fantástico inicio de temporada en el que Diego López mantuvo la portería a cero durante cinco partidos seguidos. En este 2021 el portero lucense ha encajado tantos goles como partidos ha disputado (9). Esto supone que el Espanyol encaja el doble que en el 2020, cuando habían perforado su portería 9 veces en 19 encuentros.
Sin acierto en las áreas
El Espanyol encaja el doble de goles y marca un tercio menos en este comienzo de año
La falta de control en el área propia no es la única preocupación de Moreno, ya que de cara a gol el equipo parece haber perdido la gran efectividad que exhibió en la primera vuelta. Pese a ser capaces de generar un gran número de ocasiones en cada partido, los números no son nada buenos. En el primer tramo de la competición el equipo marcaba 1,6 goles por encuentro, ahora solo anota 1,1, una media que le aleja semana a semana de las victorias y que hace que tan solo gane uno de cada tres partidos.
Esta sequía también ha afectado a Raúl de Tomás, máximo goleador del equipo con 15 tantos. El madrileño ha sufrido problemas físicos y ha visto como su media goleadora ha bajado en este 2021 de 1 gol cada 127 minutos a 1 cada 236. De Tomás convirtió doce goles en los primeros 19 partidos. En los ocho siguientes (se perdió el duelo contra el Sporting de Gijón) ha anotado tres.
Todo ello ha redundado en que la media de puntos del equipo haya bajado drásticamente. El 2020 del Espanyol en Segunda fue fantástico. Hasta el punto de que sumó 42 puntos en 19 encuentros, con una media de 2,2 por partido. De haber continuado con esa tendencia hoy sería líder con 61 puntos (el Mallorca tiene 60). Pero los de Moreno tan solo han sumado 12 puntos en nueve duelos, con una media de 1,3 por partido. Unos números que defienden equipos que aspiran a pelear por no descender.
En cuanto a otros nombres propios, Javi Puado y Nico Melamed, ambos canteranos, son las grandes alegrías del curso. Los dos han irrumpido con fuerza en el once y han sostenido al equipo durante varias semanas. Ha sido la irregularidad de hombres importantes como Melendo, Embarba, Fran Mérida o Keidi Bare lo que ha restado eficiencia al conjunto. Peores son los casos de Álvaro Vadillo, llegado este verano, Monito Vargas y Wu Lei, que no han aprovechado sus oportunidades y cada día parecen más fuera de la entidad. El plan de Moreno de dar continuidad a lo que había funcionado durante meses ha provocado que algunos jugadores hayan sido infrautilizados y, en momentos difíciles como el actual, el banquillo no ha respondido como se esperaba.
En definitiva, la segunda vuelta es tan insuficiente, que el Espanyol debería ganar los 14 partidos que le restan para igualar los puntos de la primera vuelta, algo harto difícil. Pese a esto, las sensaciones no han sido malas salvo en momentos puntuales. En el haber está la victoria en Mallorca frente a su teórico máximo rival en un partido de más efectividad que lucimiento. El calendario, con rivales de la zona media baja, también debería ser un factor favorable para que el Espanyol termine la temporada entre los dos puestos que otorgan el ascenso directo a Primera. División.